España vive desde hace cerca de 15 años un largo ciclo de prosperidad, sostenido básicamente por dos pilares fundamentales: el pujante consumo interno y la denominada «economía del ladrillo«, basada en el boom inmobiliario. Pero llegó la crisis con las hipotecas subprimes (de baja calidad) en Estados Unidos y esto hizo que, mediante la muchas veces festejada pero ahora temida globalización financiera, se sintieran coletazos de la misma en todo el mundo.
Los problemas de las entidades financieras en Estados Unidos y Gran Bretaña son las puntas de iceberg de un fenómeno mundial: el enfriamiento del sector constructor producto de la suba continuada de las tasas y por la incertidumbre respecto a su evolución futura. Lo cierto aquí es que, con el encarecimiento de los créditos hipotecarios y la incertidumbre acerca de los valores futuros de las propiedades, que muy posiblemente vayan a la baja; la demanda de inmuebles se ha retraído y la gran pregunta del millón es si España está en el umbral de una crisis o si solo sufrirá una mera corrección en los precios del mercado. A pesar de todo, las perspectivas, ya corregidas a la baja, son que, pese a las actuales tormentas financieras, el crecimiento en el PBI de España sea cercano a un 3,8%, el más elevado en las economías desarrolladas después de ese tren llamado China. En el último lustre, el crecimiento acumulado del país es de aproximadamente 15%, que excede en un 100% al de Alemania, en un 50% al de Gran Bretaña y en un 25% al de Estados Unidos.
A pesar del reciente aquietamiento de la crisis, se espera que en las primeras semanas de octubre los bancos estadounidenses presenten sus balances contables trimestrales, los cuales con seguridad mostrarán como les pego esta crisis en sus cuentas. Por cuestiones obvias no se esperan buenas noticias de todo esto, por lo que podrán aflorar nuevos problemas. Habrá que ver que decisiones se toman para tratar de controlar todo esto. En todo el mundo esta en juego el sector de las constructoras, bancos y cajas que se han repartido hipotecas a bajo interés.