En estos últimos días estamos escuchando mucho acerca del Riesgo País. SI bien hay algunos países que conviven diariamente con ese término -en general, países emergentes-, en España no estabámos acostumbrados a ello.
El riesgo país es un concepto que se refiere, como su nombre lo indica, al riesgo de inversión en un país determinado debido a sus circunstancias financieras particulares. Básicamente, indica qué tan posibilitado está un país de cumplir con sus obligaciones con los inversores extranjeros, por lo que resulta evidente que cuanto más alto sea el riesgo país, más complicada será la situación financiera de una nación.
El riesgo país no sólo toma como parámetros cuestiones netamente financieras, sino que también tiene en cuenta factores sociales, políticos e incluso geográficos o naturales. Alguno de los factores que se tienen en cuenta son:
- Desempeño económico
- Riesgo político
- Indicadores de deuda
- Calificación crediticia
- Acceso a financiamiento
- Acceso a mercado de capitales
El riesgo país se mide por el valor mínimo de la rentabilidad, para lo cual los inversionistas se basan en el EMBI (Emerging Markets Bonds Index) o indicador de bonos de mercados emergentes. Concretamente, entonces, se trata de la sobretasa que paga un país por sus bonos en relación a la tasa que paga el Tesoro de Estados Unidos. Es decir, es la diferencia que existe entre el rendimiento de un título público emitido por un estado nacional y un título de características similares emitido por el Tesoro de los Estados Unidos.
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