Cuando se habla de la gestión de las emociones al invertir, realmente hacemos mención a las decisiones que se toman en función de sentimientos. Pueden ser positiva o negativas, aunque, en general, no se aconseja tomar decisiones financieras basada en las emociones.
Dentro de esas decisiones, hay tres decisiones negativas que son especialmente malas para los productos financieros y las inversiones en general. Vamos a repasarlas.
Miedo extremo a las mala noticias
Se trata de uno de los puntos ciegos más habituales al invertir, y también uno de los más destructivos. Sucede cuando reaccionamos con miedo ante una mala noticia relacionada con nuestra inversión, y no somos capaces de tomar decisiones de forma meditada, de manera que nos dejamos llevar por ese miedo que nos ha provocado una mala noticia respecto a nuestra inversión. Es muy común tener miedo de perder nuestro dinero, nos pasa a todos. Nuestra personalidad influirá también en la manera en que reaccionemos ante una mala noticia.
No existe una sola forma de controlar el pánico que nos invade en estas situaciones, pero lo que sí debemos tener claro es que los sentimientos extremos no son buenos consejeros. De manera que, ante una situación como esta, debemos tratar de mantener la calma usando otros elementos y opiniones, nunca en solitario. Informarnos sobre lo que aconsejan inversores expertos, puede ser una buena opción para evitar entrar en pánico.
Obsesión por las noticias y la actualidad
Si basamos nuestras decisiones al invertir sólamente en las noticias o eventos de actualidad, estamos cometiendo un grave error. Está bien que recurramos a cierta información actual, es normal que lo hagamos, pero también es necesario basar nuestras decisiones en los análisis históricos de las inversiones.
Quizás pueda parecer más complicado de lo que es: básicamente no debemos dejarnos llevar solo por los resultados inmediatos, o el rendimiento más cercano de un valor en la bolsa, por ejemplo. Es necesario también que miremos cómo ha actuado en el tiempo, y que generan a medio y largo plazo. A toda esta información podemos acceder casi siempre de la propia información de los productos financieros.
No situarse de manera realista en el mercado: exceso o defecto de confianza
Se trata del punto ciego más grave que puedes llegar a sufrir, sobre todo porque no sueles ser consciente que te está ocurriendo. Quizás se podría definir como un exceso de confianza. Nos puede suceder cuando dejamos basar nuestras decisiones en corazonadas, presentimientos, etcétera.
Al ocurrir esto, corremos el riesgo de aferrarnos a esa idea errónea simplemente por el vínculo emocional que creamos al confiar en ella. De manera que incluso podemos ignorar una señal que sea muy evidente de retirada en una mala inversión.
Lo mejor que podemos hacer en este caso, es utilizar nuestro sentido común, es decir, alejarnos de sensaciones o presentimientos y dejarnos aconsejar por un profesional, de forma realista.
En resumen, la forma más adecuada para evitar caer en los puntos ciegos en nuestras inversiones, pasa siempre por configurar un buen plan de gestión para nuestro dinero, que sea realista, bien fundamentado en lo que somos como inversores, y sobre todo bien contrastado, mejor si es con la ayuda de profesionales.