Aunque el concepto de libertad financiera es relativamente nuevo, y surge como tal en los años 90 del pasado siglo junto al concepto de independencia financiera, lo cierto es que se trata de una vieja aspiración del ser humano, vivir sin trabajar teniendo los ingresos suficientes que provengan de fuentes que no requieran esfuerzo.
Esto, que puede sonar a utopía, realmente se ha convertido en el motor con el que muchas personas afrontan sus finanzas y sus estilos de vida, no tenemos más que ver al denominado movimiento FIRE que, precisamente, lo que busca es obtener la libertad financiera en sus vidas cuanto antes.
Sin ser tan ambiciosos, realmente todos podríamos iniciar pasos para poder alcanzar la libertad financiera o cierto grado de libertad financiera. Para ello son necesarias tres claves iniciales importantes.
Tener claros los objetivos
Esto, que parece tan evidente y tan claro, no siempre lo es. No todo el mundo tiene claro, ni mucho menos, cuáles son sus objetivos a la hora de comenzar un proceso tan complejo como el de la búsqueda de libertad financiera. Los objetivos no son los que uno entiende en el presente, es decir, si de lo que se trata es de obtener la cantidad de dinero suficiente para vivir cómodamente, no se debería nunca medir con el presente, sino con una proyección de futuro y con objetivos claros.
Y en esta proyección de futuro tienen que entrar en juego elementos como el análisis del gasto, la optimización del gasto, y la proyección de los costes de vida para cuando se pretenda alcanzar la libertad financiera. Por tanto, objetivos, primer elemento clave.
Sin ahorro inicial no hay libertad financiera
Un error muy común es pensar que la libertad financiera se construye a partir de la nada desde muy pequeñas inversiones y sin respaldo. Es cierto, que la publicidad Internet más encontrar una enorme cantidad de supuestos casos de éxito, algunos serán verdad, pero la mayoría, son eso, publicidad.
Para poder plantearse la libertad financiera se necesita tener una base sólida tanto desde el punto de vista práctico como desde el punto de vista emocional. Esto significa, que nunca, en ningún caso, resulta conveniente comenzar a invertir si antes no se dispone de un fondo de emergencia lo suficientemente amplio como para garantizar que si perdemos nuestros ingresos no podamos tener un periodo relativamente amplio de tranquilidad financiera. En general, un fondo de emergencia debería cubrir como mínimo seis meses completos de gastos sin ingresos.
Posteriormente, es cuando debemos comenzar a plantear la inversión, pero siempre, manteniendo nuestro colchón de emergencia y no comprometiendo los ingresos futuros, ya que maximizar hemos entonces el ahorro en dirección a las inversiones.
Invierte acorde a lo que eres, no a lo que te dicen que eres
Aquí nos encontramos con la tercera clave, que, a la vez, responde a un error gravísimo que cometen muchas personas en busca de la libertad financiera. Y es, no invertir conforme a lo que uno es, sino a lo que le indican que uno puede ser. Esto es fácil de explicar. Fijémonos en las criptomonedas.
Según las encuestas, el porcentaje de personas que ya tienen en mayor o menor medida alguna criptomoneda en nuestro país, es creciente, cada vez son más quienes compran criptomonedas pensando que se trata de la inversión del siglo. Y, sin embargo, es un mercado enormemente volátil, peligroso, y que de la noche a la mañana puede generar pérdidas por todo el capital aportado.
Si alguien, coloca toda su inversión en criptomonedas, no sólo está comprometiendo la inversión, sino que probablemente, si no analizado lo que está haciendo, está yendo en contra de sus principios inversores.
Si eres un inversor conservador, busca ingresos pasivos con origen conservador. Por ejemplo, el sector inmobiliario. Si eres un inversor arriesgado, atrévete con los diferentes mercados, pero nunca olvides herramientas cómodas y eficaces como, por ejemplo, los fondos indexados. Y en general, para todos los inversores, diversificar es la clave, la diversificación será de hecho la que va a proteger a lo largo del tiempo la consolidación de tu libertad financiera.