Aunque existen más modelos son tres los tipos de tarjetas más habituales; las tarjetas de crédito, las tarjetas de débito y las tarjetas prepago, repasaremos los pros y contras de las tres opciones.
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Tarjeta de crédito
Sobre el papel es la tarjeta de compras por excelencia. Permite realizar compras a crédito, estableciendo el crédito en función del tipo de tarjeta, y, por lo general, suelen ser muy flexibles en el modo de pago. Esto quiere decir que es posible realizar compras a crédito y aplazar los pagos incluso en períodos de varios meses. El peligro fundamental de este tipo de tarjetas es el inherente a toda operación a crédito; los riesgos de sobreendeudarse a través de las compras a crédito.
- Sus principales ventajas son la posibilidad de compra de pago aplazado, la versatilidad en los modelos de pago, y, la gran variedad de oferta existente.
- Sus principales defectos son unos intereses generalmente caros para los pagos aplazados, el riesgo evidente de sobreendeudamiento por comprar a crédito, y, un modelo de compra con escaso control sobre el gasto.
Tarjeta de débito
Se trata de un modelo de tarjeta que habitualmente, en los años de bonanza económica, se consideraba una tarjeta menor complementaria a la de crédito. Sin embargo con el paso de los años y el obligatorio reajuste en el uso de las tarjetas de crédito, las de débito han ganado cada vez mayor peso ya que, en su modelo de funcionamiento sin acceso a crédito y sólo con acceso al disponible real en la cuenta asociada, permite un control mayor del nivel de gastos realizado.
En general se trata de tarjetas que nos permiten todas las operaciones que se puede realizar con una tarjeta de crédito aunque en este caso no existe la posibilidad de pago aplazado, y, las operaciones se vinculan directamente con el saldo disponible en nuestra cuenta asociada.
- Sus principales ventajas residen en una operativa idéntica a la de las tarjetas de crédito, habitualmente menor coste y menores comisiones de las tarjetas de crédito,y, un modelo de uso que permite un mayor control sobre el gasto.
- Sus principales defectos son el hecho de la ausencia de posibilidad de exceder el límite disponible en las compras, la no existencia de versatilidad en los sistemas de pago, y, según las ofertas algunos costes derivados como las comisiones por retirar en efectivo.
Tarjetas prepago
Se trata de un modelo de tarjeta que ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Muy similar en su uso a la tarjeta de débito, la diferencia fundamental estriba en que estas tarjetas necesitan de una recarga de dinero, y será sobre esa recarga sobre la que desarrollaron su operativa. Es decir, dar al igual que la tarjeta esté asociada a una cuenta, sólo podrá utilizarse en caso de recarga, no existiendo ni posibilidad de crédito ni del débito sobre la cuenta asociada más allá de la cantidad recargada.
Este sistema es el más adecuado de los tres para el control de gastos, ya que, la obligación de recarga cuando el disponible se haya agotado es un freno en sí mismo. No sólo se trata una tarjeta idónea para cuestiones como los gastos de empresa o los regalos, puede ser un excelente método de control de nuestros gastos, ingresando una recarga con los gastos en compras por ejemplo que pretendemos hacer y utilizándola exclusivamente a tal efecto.
- Sus principales ventajas residen en una operativa idéntica a la de las tarjetas de crédito, menor coste y menores comisiones que el resto de tarjetas y, un modelo de uso que permite un mayor control sobre el gasto.
- Sus principales defectos son el hecho de la ausencia de posibilidad de exceder el límite disponible en las compras ni a crédito ni al delito, la no existencia de versatilidad en los sistemas de pago, y, la molestia de tener que realizar recargas cada vez que necesitamos disponible.
