Hace rato que venimos advirtiendo de lo riesgoso que es invertir en participaciones preferentes y deuda subordinada. Ahora se van sucediendo situaciones que nos dan la razón de ello.
Ya hemos hablado acerca de los riesgos de adquirir deuda subordinada perpetua, de la cual su más fiel exponente son las Participaciones Preferentes. En esta oportunidad, es La Caja de Canarias la que da el puntapié a sus obligacionistas.
La Caja de Canarias ha decidido recomprar mediante amortización total o parcial su primera emisión de deuda subordinada especial hasta al 70 por ciento de su valor nominal y con un tope máximo de 46 millones de euros, según informó la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El bajo precio (como mucho, los tenedores podrán obtener el 70% del valor nominal de la obligación, lo que les significa una pérdida de al menos un 30% de su capital) obedece a la iliquidez de estos títulos, lo que hace que el único interesado en adquirir la obligación es la entidad financiera.
A pesar de ello, la caja de ahorros explicó que en el proceso de recompra se dará el mismo trato a todos los obligacionistas y, por tanto, preservará entre ellos un principio de igualdad en la negociación de la operación. Claro, en condiciones sumamente desventajosas.
Asimismo, especificó de forma expresa que todas las ventas de deuda o participaciones preferentes de esta emisión que ahora se amortiza son «necesariamente voluntarias» por parte de los tenedores.
En fin. Maquillaje para un mal negocio de los que confiaron en la entidad.