Se termina el verano y es momento en que muchas familias deben solicitar préstamos, ya sea para pagar las vacaciones o para emprender nuevos proyectos de estudios o consumo. Pero hay que prestar mucha atención a los contratos.
Las precauciones tomadas frente al dinero nunca están de más, sobre todo cuando se trata de créditos tomados y del otro lado encontramos a bancos o financieras, que no se caracterizan precisamente por su transparencia.
En este sentido, algunas entidades de consumidores dan una serie de pautas y precauciones para los tomadores de préstamos. Aquí van:
- La comparación entre productos la debe realizar mediante la TAE, que obligatoriamente debe ser informada
- tenga en cuenta los plazos de devolución, ya que a mayor plazo, mayor costo final de crédito.
- Disponga de la información contractual en formato papel antes de formalizar la operación cuando el crédito se tramite a través de Internet. Solicitela sin temer.
- Hay un plazo de desistimiento de 14 días, durante los cuales el consumidor puede rescindir el contrato sin ninguna penalización si no está de acuerdo con las condiciones.
- Averigüe si la empresa cuenta con una sede física disponible al público a la que acudir en caso de querer reclamar. Los teléfonos muchas veces «no funcionan».
- Informese acerca de si estas empresas tienen suscrito un seguro o garantía financiera que cubra las responsabilidades a las que pueda incurrir la empresa.
En fin, lo más importante es tener sentido común y desconfiar de todo hasta tanto no lo vea escrito en algún lado.