El staking es un concepto cada vez más popular en el mundo de las criptomonedas, pero no es raro que mucha gente lo confunda con un depósito bancario. Al fin y al cabo, en ambos casos «depositas» tu dinero y obtienes una rentabilidad, ¿no? Bueno, la verdad es que las diferencias son bastante grandes y es importante entenderlas bien para no llevarse sorpresas desagradables.
Si estás pensando en hacer staking y crees que es como dejar tu dinero en el banco para recoger intereses, ¡ojo! Hoy te explico por qué esta comparación no es del todo acertada.
Riesgo y garantías: lo que el staking no te asegura
Uno de los puntos clave para entender por qué el staking no es igual que un depósito bancario es el riesgo asociado. Un depósito bancario en un banco tradicional está garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos (en España, hasta 100.000 € por titular y entidad), lo que significa que, aunque el banco tuviera problemas financieros, hay una protección para que recuperes tu dinero.
En el staking, no hay ningún Fondo de Garantía. Si la blockchain en la que has hecho staking sufre un ataque, o el valor de la criptomoneda cae bruscamente, puedes perder parte o incluso todo tu dinero. Esto significa que el riesgo es mucho más elevado. Aunque los rendimientos del staking puedan parecer atractivos, la realidad es que los riesgos que asumes no tienen nada que ver con los de un depósito bancario.
Por ejemplo, al hacer staking, estás apostando por la seguridad y el crecimiento de una red blockchain. Si la red falla o no cumple con las expectativas, el valor de tus criptomonedas también se verá afectado. Mientras que en un banco hay una cierta estabilidad y seguridad que el propio Estado respalda, en el staking eres tú el que asume completamente el riesgo.
Liquidez y acceso a tu dinero
Otra diferencia importante es la liquidez. Cuando abres un depósito a plazo fijo en un banco, generalmente sabes cuándo vas a poder retirar tu dinero y, aunque pudieras perder algunos intereses, muchas veces puedes retirarlo si lo necesitas. La liquidez está bastante clara y tienes un acceso fácil a tus ahorros.
En el staking, la situación es diferente. Al hacer staking, bloqueas tus criptomonedas para ayudar a mantener la red en funcionamiento. Dependiendo del tipo de blockchain, el periodo de bloqueo puede variar bastante. Algunas redes permiten retirar los fondos de inmediato, mientras que otras requieren esperar semanas o incluso meses antes de poder acceder a tu dinero. Es decir, si necesitas liquidez urgente, podrías encontrarte con que no puedes disponer de tus fondos.
Esto también implica que el staking no es adecuado si crees que puedes necesitar ese dinero para un gasto imprevisto. Mientras que un depósito bancario puede ofrecerte opciones flexibles y algo de seguridad a la hora de recuperar tu dinero, el staking te exige comprometerte y aceptar las condiciones de bloqueo de la red.
La rentabilidad: más prometedora, pero también más incierta
Una de las principales razones por las que el staking es tan atractivo es su rentabilidad. Es fácil ver anuncios que prometen un retorno anual del 10%, 15% o incluso más, mucho más que lo que te ofrece un depósito bancario. Pero, ¿a qué precio viene esa rentabilidad?
La realidad es que el staking está vinculado al valor de la criptomoneda con la que participas. Si el precio de esa criptomoneda baja, tu rentabilidad también disminuye. Es decir, aunque puedas recibir más monedas por hacer staking, si el valor de esas monedas cae, no habrás ganado tanto como pensabas. Por el contrario, en un depósito bancario la rentabilidad es fija: sabes exactamente cuánto vas a recibir, y no está sujeto a la volatilidad del mercado.
Además, en el mundo de las criptomonedas, siempre hay factores externos que pueden influir en la rentabilidad. Cambios en las políticas de la blockchain, variaciones en la oferta y la demanda de la moneda, o incluso decisiones regulatorias pueden hacer que la rentabilidad varíe significativamente. Todo esto hace que el staking sea una opción mucho más incierta que un depósito bancario tradicional.
Por lo tanto, si estás buscando estabilidad y una forma segura de hacer crecer tus ahorros, el staking probablemente no sea la mejor opción para ti. Sin embargo, si estás dispuesto a asumir riesgos y buscas un mayor potencial de retorno, podría tener sentido explorar esta opción. Lo importante es saber lo que puedes ganar, pero también lo que puedes perder.