Ha tenido un comportamiento irregular en los últimos años incluso en los momentos de mejor cara para la renta variable emergente, aplicada a los fondos suele presentar comisiones y gastos elevados y, a pesar del crecimiento obvio (aunque ralentizado) de la economía China sigue siendo una inversión de riesgo…entonces, ¿Por qué invertir en renta variable china?
Debemos tener en cuenta en primer lugar que lo que llevamos de 2014 se puede considerar en buena medida un pulso de espera en la evolución de los emergentes. La crisis argentina y el valor del impulso brasileño eran dos elementos muy a tener en cuenta, pero, también la evolución de la economía china y en general lo que podríamos definir como un año que parecía no especialmente bueno para la renta variable emergente.
El panorama
De entrada, durante el primer trimestre se dio un estado de semi pánico a los emergentes, que, a la postre se ha demostrado erroneo. Esto vendría dado por el común error de generalizar y aplicar tabla rasa para algo tan poco uniforme como la evolución de los países emergentes. Fue un momento complejo en el que los más asustadizo los comenzaron a eliminar posiciones, y, en general se adoptó una postura de reducir las posiciones en busca de situaciones más conservadoras.
En ese contexto, como indicábamos, la situación argentina abanderó un movimiento de miedo que alcanzaba también a las posiciones en relación a la renta variable china, sin embargo, y a pesar de que los resultados del primer trimestre (y el segundo) no eran excepcionalmente buenos en absoluto, tanto China como las economías asiáticas que poseen un gran potencial de exportación de bienes de consumo cíclico en dirección a los países desarrollados seguían siendo una opción interesante, y, como al final se ha demostrado, al menos más sólida.
Al margen de cuestiones también relevantes como los movimientos de la Reserva Federal y cuestiones geopolíticas, la desaceleración del crecimiento económico en el conjunto de los emergentes, el crecimiento de la inflación y, algo que lleva años dándose pero que se ha mostrado especialmente relevante en los últimos dos años como la dependencia del capital extranjero, amenazar a amenazado a los emergentes durante todo el año, recordamos que los principales entre estos amenazados eran Brasil, India y Turquia, que junto a Sudáfrica e Indonesia componían el paquete de los llamados cinco fracciones determinados el pasado año por Morgan Stanley y que siguen sin salir de esa etiqueta, a la que, bien podríamos sumar incluso a Argentina aunque por motivos diferentes.
En ese contexto, a China se le atribuye, fundamentalmente de los análisis del primer semestre del año, un exceso de dependencia del crédito. Algo que ocurre con otros países como Brasil aunque en este caso las circunstancias difieren de aquel varón de crecimiento no es en absoluto proporcional. Por otro lado, también se hablaba en el caso chino del enfriamiento del mercado inmobiliario, más aún, de la posibilidad de una enorme burbuja inmobiliaria que podría estallar a lo largo del presente año o comienzos del próximo. Esto, además de por lo evidente, significaría un auténtico ciclón en emergentes, ya que perjudicaría de manera directa los exportadores de materias primas tanto en África (en menor medida) como en América Latina.
¿Invertir o no?
Obviamente y dependiendo de cada inversor la apuesta por la renta variable emergente es un asunto de riesgo sobre el que no se puede opinar a la ligera. Lo que sí podemos hacer es resituar al menos el caso de China.
La situación desde el pasado mes ha cambiado notablemente. De hecho son muchos los análisis de poner fin a la previsión negativa de la renta variable china en relación a los emergentes. El motivo es que el comportamiento, incluyendo el tercer trimestre, ha mejorado de manera notable, pero, las señales que la economía china está lanzando en relación a la renta variable son positivas para el resto del año, señales como el aumento de la oferta del crédito, la aparición de los paquetes de medidas de estímulo, el aumento de la valoración de la perspectiva de crecimiento, y, muy importante, el descenso en la valoración relativa de los sectores bancarios e inmobiliarios, con una especial atención al hecho de la disminución de la presión sobre la supuesta burbuja inmobiliaria.
Esto no significa necesariamente el éxito de la renta variable china para el resto del año, pero, si, un cambio más que notable de apertura en las sensaciones por parte de los especialistas, a partir de ahí lo interesante es seguir la evolución durante el próximo mes y confirmar que estas señales se vuelven tendencia.