Tras agotarse los 75 millones de euros destinados al plan PIVE, que pretende reactivar la venta de vehículos en nuestro país, el gobierno anuncia una nueva partida de fondos para reactivar dicho plan. El relativamente rápido agotamiento de los fondos destinados al plan, unido a las propias solicitudes de ampliación por parte del sector, han propiciado la ampliación del plan que volverá a contar con hasta 70 millones de euros para su aplicación durante lo que resta de año.
Debo recordar que esta subvención nos propone 2000 € como importe a subvencionar (1000 € aportados por las marcas y otros 1000 € aportados por el gobierno) dentro de una campaña que pretende lanzar una fuerte apuesta para la adquisición de vehículos nuevos .
Estas subvenciones se basan en la entrega de un vehículo usado con 10 años o más para la adquisición de un vehículo nuevo que no superara los 25.000 € antes de impuestos, y presentara una clasificación energética A o B en las tablas del IDAE. Unas tablas en las que comprobaremos como estas clasificaciones energéticas tienen que ver lógicamente con las emisiones de CO2, beneficiando con mejores calificaciones a los vehículos con menor grado de emisiones.
Decíamos que se ha tratado de un plan que no ha resultado carente de polémica, y que incluso ha sido calificado de menos eficaz que anteriores planes por una buena parte del segmento. Un plan que también, a decir de muchos analistas, ha dado pie a cierta picaresca a la hora de la entrega de vehículos, pero que, en definitiva, si efectivamente alcanza la cifra de ventas propuesta, se convertirá en un pequeño motor para una industria, la del automóvil, muy tocada por la crisis actual.
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