El banco de España acaba de publicar datos correspondientes a la morosidad, y como era esperado, no son nada buenos.
El informe del BDE afirma que la tasa de mora superó en diciembre el 3%, tras situarse por encima del 2% durante los cuatro meses anteriores. Las cajas de ahorros, por su parte, registran ya una mora de 3.79%, la más elevada de los tres tipos de entidades.
El problema se centra sobre todo en la altísima tasa de paro que está sufriendo España. Pero no solo afecta a los parados, sino también está acelerándose la incapacidad de aquellos que trabajan pero que aunque se esfuercen, no son capaces de afrontar los créditos y préstamos que tenían concedidos cuando la situación aún era estable.
Esto genera un aumento de intereses desorbitado que fomenta el crecimiento de una bola de nieve que acabará aplastando a muchos. Los altos intereses por mora que aplican las entidades no hacen otra cosa que empujar a aquellos con problemas económicos a no pagar las deudas, ya no con atraso sino en forma definitiva.
Lo peor de todo es que no hay una solución a la vista, ya que tanto los bancos, cajas y entidades financieras en general se niegan a dar su brazo a torcer para no perder ni un solo céntimo.
Todos conocemos el resultado de esta situación si a ninguna mente brillante se le cae una idea: una ola de bancarrotas en familias y empresas, lo que generará más desempleo y más impagos, en un círculo vicioso muy peligroso.