Está claro que los altibajos económicos que suponen quebraderos de cabeza para gobiernos, instituciones y gran parte de la población (sobre todo cuando se tratan, por supuesto, de crisis a la baja) no lo son tanto para el mundillo de los inversores financieros. Y es que los expertos que arriesgan su dinero en espacios económicos como el Forex o las CFDs (contratos por diferencia) normalmente sacan sus mayores beneficios en épocas convulsas de la economía.
¿Por qué es así? Básicamente porque cuando la economía global sigue un camino tranquilo, sin baches y totalmente recto, las posibilidades para dar un pelotazo son mucho menores. Al fin y al cabo, cuando el futuro es más o menos previsible es mucho más difícil sacar beneficio de operaciones arriesgadas que, al fin y al cabo, son las que aportan una inyección monetaria mayor. Y es por esto que estos ciclos económicos como el que llevamos viviendo ya desde 2008, en el que no hay mes del año en el que aparezca esa ansiada tranquilidad, son bajo la opinión de muchos inversores expertos el momento perfecto para adentrarse en el mundo de las finanzas.
De hecho, tal tendencia se puede comprobar hasta en la misma venta de aplicaciones de inversión para móviles o tabletas, un mercado totalmente en auge y que vive una dura competición entre las diferentes compañías buscando imponerse como la mejor app del mercado. La mayoría de compañías de broking online como IG Markets cuentan con sus propias aplicaciones, que se ordenan básicamente en torno a dos ejes principales: la facilidad y sencillez que ofrece para operar en los diferentes mercados (de futuros, Forex, de materias primas, CFDs) y, por otra parte, la capacidad de análisis y los diferentes recursos con los que cuenta la aplicación en cuestión para representar el estado de los mercados.
El caso es que en multitud de ocasiones los expertos en el campo financiero no encuentran en una sola aplicación la solución a ambos ejes. Así, muchos de ellos cuentan con diferentes apps a su disposición para centrarse en cada espacio particular; es decir, una para trabajar el análisis de cierto espacio financiero, otra para operar en Forex, otra para operar en CFDs, etc.
Además de las turbulencias económicas de los últimos años que dan paso a mayores beneficios (así como, también, a mayores pérdidas), otro de los factores que ha supuesto un aumento del número de pequeños inversores en estos espacios financieros ha sido la democratización en cierto sentido del mundo de las inversiones. Y es que donde antes era necesario una dedicación exclusiva o unos recursos económicos importantes para participar en bolsa o en el Forex, actualmente solo es necesario un teléfono móvil. Y nada más. La nueva era de las comunicaciones ha permitido que una gran mayoría de la población en los países avanzados tenga en su bolsillo, aunque no lo sepan, una forma de acceso a los mercados financieros.
En definitiva, que tanto las idas y venidas de los mercados mundiales y la globalización absoluta de las comunicaciones han creado el contexto perfecto para la llegada masiva de pequeños inversores a los mundos del Forex o los CFDs. Para cualquiera que aún no lo sepa, la puerta de entrada más concurrida es bien grande y tiene un nombre: trading apps.
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