A veces, existen leyes en la economía que no se pueden modificar. Una de ellas, de las más básicas, es que en una recesión, lo que se debe estimular es el consumo, para que vuelva a funcionar toda la economía.
Pues bien, a veces los Gobiernos no atienden estas razones y van en contra de lo lógico. Algo de eso sucede en España, donde uno de los impuestos más regresivos de todos, el IVA, subirá su alícuota a partir del 1º de Julio.
La misma ministra de Economía y Hacienda ha afirmado que es «probable» que la subida del IVA provoque una anticipación del consumo en el segundo trimestre y una contracción del mismo en el tercero, para luego recuperarse en el cuarto.
A pesar de ello, el Gobierno no contempla que la subida de este impuesto se vaya a traducir en un crecimiento negativo del PIB. Pero, desde mi punto de vista, podría detener la incipiente recuperación que estaría comenzando en el segundo trimestre de 2010.
Se sabe que un aumento de los precios -como sería el caso en que aumentan los impuestos que gravan el consumo, como el IVA- hace que el dinero de los consumidores valga menos, con la lógica contracción de las compras de productos. Si se contrae el consumo, la producción disminuye, las empresas no toman nuevos empleados -díficil que se deshagan de más gente de lo que han hecho hasta ahora- y la economía no crece.
La lógica es inquebrantable. Habrá que ver que sucede realmente. Pero por lo pronto, el aumento de impuestos en crisis económicas va en contra de los libros de economía.