Probablemente hasta que concluya el presente año 2014 va a resultar muy difícil calibrar el impacto real de la fuga de usuarios de depósitos hacía fondos de inversión; seguramente el mejor indicador será la comparación del patrimonio recibido por los fondos de inversión en nuestro país. Que, ya adelantamos, está cosechando unos resultados inmejorables.
Para corroborar esa afirmación baste aportar dos datos; el patrimonio de los fondos lleva más de un año seguido, mes a mes, con entradas de dinero, mientras que, por otro lado, crece a un ritmo mucho más elevado que el de otros países europeos.
Lo que sí parece que el mercado ya está generando desde comienzos de este año ciertamente es un movimiento de búsqueda de opciones para aquellos usuarios que tras la retirada el pasado año 2012 de la limitación a los tipos extra en los depósitos, una retirada que efectivamente ha durado muy poco, comenzaron a esperar colocar su dinero en lo que se intuía un crecimiento exponencial de la oferta de las imposiciones muy bien remuneradas.
A fecha de hoy y con los depósitos de las entidades de nuestro país muy limitados en cuanto a rentabilidad, y no se puede evitar esa sensación de frustración inversora (ahorradora mejor dicho tal vez) derivada en dilucidar la mejor opción para el dinero propio.
Y es aquí donde los fondos de inversión están comenzando a optar a lo que, al menos de momento parece, resulta ser el destino de ese dinero dubitativo.
Resultará muy interesante acceder a los datos del avance o retroceso del patrimonio de los fondos de inversión garantizados del primer semestre de este año 2014, y resultará muy interesante porque realmente será la medida que nos indique si esta fuga de los depósitos a los fondos se ha producido de manera explícita o, si como calibran algunos analistas, se ha convertido sólo en un goteo compartido por diversos destinos entre los que también se destacan los seguros de ahorro o los citados depósitos de entidades extranjeras.