El Euribor a 12 meses ha roto con la racha de seis sesiones a la baja hace unas semanas, fruto del efecto ‘abaratamiento de los tipos’, y se encuentra en plena carrera alcista, tocando el Euribor Noviembre 2011 valores cercanos al 2,14%. Los hipotecados ven hoy liviano el efecto rebaja de tipos de interés y el generado por la posibilidad de que se rebajara el precio del dinero.
El Euribor a 12 meses, el trascendental indicador manejado para el cálculo de las hipotecas, ha roto con la tendencia a la baja que comenzó el pasado 31 de septiembre tras el optimismo que generaba una hipotética rebaja del precio del dinero, que finalmente se concretó.
Con los seis primeros valores del mes de noviembre, el indicador alcanza una tasa mensual provisional del 2,075%, el mismo nivel que señalaba hace exactamente un año. Pero eso ha durado poco y el euribor noviembre 2011 nuevamente se encaminado hacia arriba.
Los usuarios de una hipoteca media de 120.000 euros a 25 años y un diferencial de Euribor más 1% a los que les caiga revisión anual en noviembre verían incrementada su letra mensual en unos 33 euros, lo que aumenta evidentemente el encarecimiento anual a casi 400 euros.
Dos días después de ser nombrado y luego de presidir su primer consejo de gobierno y más aún contra todo pronóstico. El nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, rompió los esquemas de los expertos, de los periodistas, de augures y, en fin, las expectativas de los mercados al anunciar una rebaja de los tipos de interés.
El precio oficial del dinero pasa del 1,5% al 1,25%, aún lejos del nivel del resto de grandes bancos centrales (con los tipos cercanos al 0% en EE UU, Reino Unido y Japón), en su primera caída desde mediados de 2009.
Más allá de esa modificación, que tendrá consecuencias limitadas sobre la economía real, Draghi ofreció sin dudas una señal inequívoca, demostrando que tiene las ideas claras.
Se acerca una recesión y el BCE va a usar todo su material armamentista, sin dogmatismos, para evitar la recaída de la crisis económica que se avecina: el flamante presidente del BCE hizo honor a su apodo (Supermario) y negó a quienes pensaban que en su llegada a Francfort su primera tarea sería ganarse a los alemanes, más preocupados por la inflación que por la probable recaída en la recesión o por la crisis que arrasa la periferia de Europa.
Algunas de las noticias que circulaban en Europa en referencia a la ocurrida situación eran entre otras las siguientes:
- “Si bien en ciertos casos los expertos esperan una nueva rebaja del precio del dinero antes de fin de año, por su lado el Eurobanco prevé una recaída en la recesión «suave» en los próximos meses.”
- “Draghi tendrá que enfrentarse a posibles críticas del ala más ortodoxa”
- “La compra de bonos será «limitada», pese a quienes piden más activismo”
Justamente con esa inesperada decisión inauguró Draghi su mandato como tercer presidente del BCE. Tras asumir el cargo el martes, al italiano –ex vicepresidente de Goldman Sachs- le tocó salir a la palestra en uno de esos días movidos, repletos de rumores.