Los analistas del Citibank pronostican que el crecimiento de Japón se desacelera hasta niveles cercanos a entre el 1.5% y el 2% durante el 2008, debido, principalmente, a la baja en los ingresos mensuales reales de los trabajadores mientras que el crecimiento laboral permanece sólido. Es decir: hay que trabajar más para ganar lo mismo. Esto ha producido una contracción en el consumo interno de la isla y una desaceleración en el gasto del consumidor.
A su vez, las exportaciones tienden a la desaceleración en su crecimiento debido a la apreciación del yen, y la incertidumbre política también tiene su influencia en el desempeño de la economía.
El Banco de Japón es reticente subir las tasas de referencia, debido a que podría traer aparejado una posible repatriación de activos invertidos en el exterior y esto producir una apreciación aun mayor del yen, con el consiguiente aumento en los costos de las exportaciones y una posible baja de las mismas, que son el principal motor de la economía nipona desde hace años.