Con la clara intención por parte del Gobierno de recuperar la confianza de inversores y particulares en el sistema bancario, fuentes del mismo han deslizado la posibilidad -cierta- de un aumento de la garantía que el Fondo de Garantía de Depósitos ofrece por los depósitos y las imposiciones a plazo.
Luego de la reunión del presidente con los responsables del BBVA, Caja Madrid, Popular, La Caixa, Unicaja y el Banco Santander para tratar sobre la crisis de liquidez mundial y su efecto sobre las entidades españolas, Zapatero no precisó en qué cantidad o porcentaje prevé garantizar los depósitos bancarios. Sí afirmo que, a partir de un acuerdo con los popes de la banca nacional, se ha decidido extender la garantía de los depósitos.
Es bueno saber, sin embargo, que el sistema bancario español, a partir de un estricto control sobre el mismo que ha realizado el Banco de España, se cuenta como uno de los más firmes del mundo. Mientras la gran mayoría de los países europeos tienen en su haber algún banco tambaleante, España se jacta de no tener ni uno solo. Por lo menos por ahora.
Y eso no es todo: existe incluso entidades españolas que salen al rescate de otros bancos, como el ejemplo de la adquisición del B&B británico por parte del Santander.
Pero hay algo que me da mala espina, y quizá me tilden de pesimista, pero es la respuesta a una simple pregunta: si hasta hace 2 meses ni conocía la existencia del Fondo de Garantía de Depósitos. ¿Por qué ahora aumentan los montos asegurados? Dicho de otra forma, si el sistema está tan fuerte como dicen, ¿que necesidad hay de asegurarme que recibiré mi dinero?
Hay una experiencia cercana que quizá, salvando las enormes distancias, me da que pensar. En 2001, solo un mes antes de la gran crisis que sufrió Argentina, el congreso de ese país promulgó una ley, llamada, de «intangibilidad de los depósitos». En ella se aseguraba que los depósitos de los argentinos estaban garantizados hasta 20.000 pesos argentinos (en ese tiempo, cerca de 25.000 €) y que esos depósitos no podían ser tocados (intangibilidad) ni por el Estado ni por las entidades. Unos pocos días después, el gobierno, frente a la posibilidad de un retiro masivo de depósitos, creó lo que un destacado periodista, Antonio Laje, denominó «corralito».
El corralito bancario no era otra cosa que la imposibilidad de retirar los ahorros que cada argentino tenía en los bancos, en su mayoría nominados en dólares, por un periodo de tiempo que, en un principio, era de solo 30 días. De esta manera, el estado salvaba al sistema bancario de su país a costa de la salud emocional y ecopnómica de la población. Corría Diciembre y los argentinos pasaron las peores navidades que tuvieron recuerdo. La intangibilidad quedó en la nada: confiscación de depósitos, devaluación de la moneda, pesificación de los depósitos en moneda extranjera y, como si fuera poco, la mayor crisis económica de la historia de ese país.
En fin, el tiempo dirá si el sistema es tan fuerte como presume… Por nuestro bien, esperemos que si.