El metal precioso ha pasado de beneficiarse de los desplomes de la Bolsa a ir en paralelo a la renta variable y otros activos de riesgo.
El año pasado había ocurrido que el precio del oro había subido en forma inversamente proporcional a la caída generalizada de las bolsas, por ser considerado un activo refugio. Pero esto ha cambiado en los últimos tiempos: el oro y la renta variable van de la mano. ¿El culpable? La debilidad del dolar.
La debilidad del dólar tiene su inicio en la política agresiva de la Reserva Federal para combatir la crisis, cuya inyección de liquidez en los mercados ha producido una sobreoferta de deuda en dólares vinculada a los planes de gasto público
Desde principios de mayo, el oro y la bolsa han evolucionado en paralelo. El índice S&P 500 ha ganado el 37% desde los mínimos de marzo mientras el precio del oro no está lejos de máximos, oscilando las últimas jornadas entre los 950 y los 975 dólares.
Así, la subida del oro ha sido paralela a la de otras materias primas, como el petróleo o los metales de uso industrial, que se han disparado con las primeras noticias sobre posibles «brotes verdes» en la economía mundial.