Esta nueva estrategia se pondrá en marcha con el objetivo de mantener una severa vigilancia a su ciberseguridad. Durante este nuevo año comenzarán los controles pertinentes.
Se tratará de la primera vez en el recorrido realizado por el BCE, en el que se llevarán a cabo inspecciones in situ a todas las entidades que pertenecen a la zona euro, con la finalidad de comprobar la resistencia que estas tienen ante posibles ciberataques.
Cercanía de la banca al sector tecnológico
Y es que con el paso del tiempo y la cercanía de la banca al mundo tecnológico, los ciberataques han ido aumentando cada vez más. Es evidente que la tecnología tiene muchos pros, pero uno de los contras más importante son los ataques cibernéticos que se pueden experimentar, y de los que es mejor estar bien prevenido.
Datos oficiales facilitados por el Banco Central Europeo, señalan que el 40% de las entidades bancarias en el pasado año 2019, fueron víctimas de al menos un ciberataque. Un porcentaje peligrosamente alto, ya que supone un incremento del 28% si lo comparamos con los datos obtenidos en el año anterior.
Durante el año 2020, cabe destacar que la cantidad de incidencias por ciberataques que se llegaron a comunicar al BCE fue un 54% más alta que en 2019, tan sólo un año antes.
Aunque es evidente que los ataques cibernéticos han sido lo suficientemente altos como para tenerlos muy en cuenta, el Banco Central Europeo afirma que no ha habido hasta ahora ninguno que pueda considerarse de extrema gravedad, o que haya impedido el correcto funcionamiento de las bancas electrónicas.
Por medio de un informe sobre tecnología y ciberriesgos, el BCE afirma que muchos de estos incidentes notificados tenían una intención perjudicial. Por lo tanto, este aumento del ciberriesgo merece especial atención.
Y es que por el momento la gestión de calidad de datos digitales se mantiene lejos de tener un control de riesgos totalmente óptimo, algo que verdaderamente supone un motivo de alarma para el propio Banco Central Europeo.
Este considera que los diferentes grupos financieros se encuentran en la obligación de disponer de procesos, funciones y responsabilidades con las que poder garantizar la integridad total de los datos que manejan.
Es más, el BCE ha llegado a detectar que un 5% de las entidades que están investigando, no disponen de la independencia funcional necesaria para poder defenderse ante cualquier ciberataque.
Ante esta problemática, el organismo se encuentra realizando una nueva ley con la que optimizar la resiliencia de las entidades bancarias de la zona euro. Esta pasará a llamarse Ley de Resiliencia Operativa Digital, y cubrirá aspectos tan importantes y necesarios como los requisitos de gestión de riesgos, así como el intercambio de información entre diversas entidades, entre muchas otras cuestiones.
Se espera conseguir una correcta optimización de la seguridad cibernética de las entidades a lo largo de este año, creando una defensa que se espera sea muy complicada de dañar para cualquier ciberataque que pueda llegar a darse.