Cuando el viento viene a favor, y uno está navegando en un pequeño bote sin motor, no nos damos cuenta de los riesgos que corremos. Todo está bien, el cielo despejado y el mar calmo, pero no nos ponemos a pensar en lo que sucedería si viene una tormenta repentina y el viento y las olas comienzan a crecer.
En la economía, esto es lo que está sucediendo: los inversores de fondos tuvimos muchos años de bonanza y beneficios, y comenzamos a creer que siempre sería así. Pero repentinamente (o no tanto) apareció una gran tormenta y tiró por la borda el pensamiento que teníamos.
Ahora, vemos como lentamente (o no tanto) nuestros ahorros invertidos en algún fondo (algunos en mayor medida que otros) no cumplen con nuestras expectativas de ganancias o simplemente disminuyen nuestro capital.
Los grandes valores se han desplomado en igual medida que los valores pequeños, y las compañias que a priori estaban supuestamente mejor preparadas para hacer frente a estas embestidas, las más “seguras”, acompañan la caída generalizada de la Renta Variable.
Ha aparecido el llamado “riesgo sistemático”: el riesgo intrínseco de la renta variable, aquel riesgo que difícilmente puede evitarse eligiendo buenas compañías o diversificando entre distintos tipos de inversiones. Simplemente está siempre.
Caídas del calibre que están sufriendo las bolsas mundiales suelen hacer mucho daño a las carteras de aquellos inversores que no están preparados o avisados de la volatilidad a la baja que pueden sufrir los mercados. Para combatir el riesgo sistemático de las bolsas sólo hay una receta: diversificar entre distintos tipos de activos. Aquí es donde aparece la renta Fija.
Pero ni los fondos de Renta Fija se han salvado del desplome. Los primeros meses de 2008 han sido catastróficos para todo el universo de Fondos en general. Sin embargo, son la inversión más segura, con posibilidades de pérdidas marginales o incluso de pequeñas ganancias, algo muy codiciado en estos tiempos de gran volatilidad.
Recordemos que en la elección de cualquier inversión, pero sobre todo con los Fondos, no sólo cuenta la rentabilidad sino también el riesgo de pérdida. Pocas personas, antes de invertir en un fondo de acciones, se preguntan hasta cuánto puede caer el fondo.
Posiblemente, luego del desempeño de esta categoría de fondos en enero y lo que va de febrero, sepan que un fondo de renta variable, incluso europeo (no hace falta que sea emergente ni del tercer mundo) puede caer más de un 10% en un solo mes.
LAS GANANCIAS PASADAS NO GARANTIZAN RENTABILIDADES FUTURAS. Esto está escrito en todos los folletos informativos de los Fondos. Es una buena advertencia que debe servir al inversor para replantear su posicionamiento frente al riesgo. Sobre todo en este momento.