Desde 2007, con el estallido de la crisis económica, los ciudadanos han tenido que enfrentarse a situaciones financieras a las que no estaban acostumbrados. La inestabilidad, el riesgo y la imposibilidad de predecir el futuro del capital ahorrado son tres elementos que han ido marcando paulatinamente el ritmo de su día a día y condicionando sus decisiones financieras. Ante el peligro de que el Estado no pueda garantizar prestaciones básicas identificadas con un Estado de Bienestar, como por ejemplo las pensiones, se ha generado una fuerte desconfianza y las tendencias de ahorro de los ciudadanos han experimentado cambios significativos. En este contexto, los seguros de inversión han surgido para muchos españoles como una alternativa ante una posible pérdida de ahorros y una vía para poder salvaguardar su capital. Los seguros de inversión se han erigido, así, como una estrategia de ahorro y prevención.
Según un estudio demoscópico publicado en 2016 sobre las nuevas tendencias del ahorro en España, la necesidad de ahorrar a largo plazo es una postura mayoritaria entre la población actual. De este modo, un 96,6 % de los encuestados califica el ahorrar como algo necesario, sin que ello implique, evidentemente, que todos lo pongan o puedan poner en práctica.
En cuanto a las razones que los llevan a querer ahorrar, los datos recogidos muestran como el 50,9% de los encuestados tiene como meta principal cubrir una serie de objetivos a largo plazo, relacionados, por ejemplo, con la vivienda o con la educación de sus hijos. Por otra parte, hasta el 40% de las personas encuestadas tiene como meta poder dar cobertura a su jubilación. Esta tendencia se manifiesta especialmente en el caso de los encuestados de mayor edad, una postura que contrapone a la de los encuestados más jóvenes, para los cuales el ahorro se dedica mayormente a cubrir los gastos relativos al consumo futuro, como pueden ser las vacaciones, la ropa, etc.
Las diferencias intergeneracionales se muestran también latentes en la elección de las vías de ahorro. Los jóvenes suelen experimentar una menor confianza en las entidades tradicionales y no son partidarios de utilizar sus servicios para obtener recomendaciones y consejos a la hora de llevar a cabo una inversión. Sin embargo, entre los encuestados mayores de 65 años, la tendencia difiere de los más jóvenes, ya que más del 40% confía y se deja aconsejar por las recomendaciones que les ofrecen las entidades financieras o provenientes de terceros.
El estudio desvela también que la mayor parte de los encuestados, casi el 75% de la muestra, están de acuerdo en que las inversiones a largo plazo acaban ofreciendo una mayor rentabilidad para el inversor. Además, del total de encuestados un 85% canaliza sus ahorros participando en fondos de inversión a largo plazo.
Las cifras obtenidas con respecto a la sostenibilidad del sistema actual de pensiones español son también elevadas. Un 77,5% de las personas que han participado en este estudio sienten una gran preocupación ante la jubilación. En el caso de las mujeres, esta inquietud es un poco mayor (el 79,3% de las encuestadas), que en el caso de los hombres (un 75,5%). Esta intranquilidad está también mucho más presente en el caso de los encuestados que se encuentran por encima de los 45 años, es decir en el caso de aquellos que se encuentran más próximos a la jubilación, y se reduce entre la población más joven. Si atendemos a zonas geográficas, Andalucía es la Comunidad Autónoma en la que los encuestados admiten una mayor preocupación por el sistema de pensiones, frente a Cataluña, donde el porcentaje, aunque también elevado (el 70,6% de los encuestados) es menor.
El estudio analiza también la postura de los encuestados sobre el momento en el que es necesario empezar a ahorrar para la jubilación. Es preciso recordar que el ámbito de las pensiones y la jubilación es un campo especialmente sensible, no solo en España, sino también en el resto del territorio europeo, y objeto de las últimas reformas laborales. Un 62% de los encuestados asegura “estar ahorrando ya”, un porcentaje que aumenta entre los encuestados de edad más elevada. En este contexto cabe recordar también las palabras del FMI relativas a la gestión de inversiones. El organismo internacional ha pedido recientemente limitar la subida de las pensiones españolas al 0,25% y clama también por la idea de que estas sean complementadas con planes de pensiones privados. De esta manera el FMI incita a que se promueva el llamado “ahorro complementario”.
Por último, en lo que respecta al porcentaje del presupuesto que los encuestados destinan al ahorro, los datos de este estudio muestran que una mayoría, el 54,8 %, dedica un total del 10%. El resto dedica entre un 10 y un 15%, y más del 15% en el menor de los casos. En este último cupo se encontrarían los encuestados más jóvenes.
Entre las vías para canalizar dicho ahorro, según este estudio, “las acciones y los fondos de inversión registran un porcentaje de encuestados superior en aquellos que ahorran hasta un 15% del presupuesto”.