Sin duda, uno de los productos financieros estrella en los últimos años son los fondos de inversión. Se trata de una herramienta de inversión que se ha descendido de manera notable, con una gran oferta, y, donde hemos encontrado algunas de las mejores relaciones riesgo/rentabilidad de los últimos años.
Los bajos tipos de interés, que hace que el ahorrador tradicional, busque nuevas herramientas, han llevado a muchos pequeños inversores al fondo de inversión. Sin embargo, los primeros pasos antes de invertir deben tener en cuenta algunas cuestiones relevantes.
Vamos a tratar de mostrar alguna de ellas:
Los fondos más contratados no siempre son los mejores
De hecho, generalmente no lo son. Un error bastante común antes de contratar fondos de inversión, es acudir a los principales actores del mercado. Estos, fundamentalmente, son las principales entidades financieras.
En nuestro país, las tres principales entidades financieras copan prácticamente el 60% de las aportaciones a fondos de inversión. Y, en el ranking de fondos de inversión más contratado, siempre encontraremos fondos de estas entidades encabeza.
El motivo es sencillo. Las grandes entidades financieras cuentan con una enorme red comercializadora si la comparamos con las de otros actores del sector. Esta red de comercialización, amplia, les permite acercarse al cliente de manera mucho más sencilla.
Pero, sin tener porque ser necesariamente malos, se trata de fondos de inversión muy generalistas. Y, además, en muchas ocasiones la comercialización no es excesivamente personal, algo que es importante ya que en un fondo de inversión el perfil del usuario va más allá de si es conservador o arriesgado.
Ajustarte al perfil sí, pero lo necesario
Los fondos de inversión fondos son probablemente una de las herramientas financieras más versátiles. Esto significa que, nos van a permitir realizar pequeñas aportaciones, traspasos entre fondos, y generar a medio y largo plazo todas las modificaciones que consideremos necesarias.
Es importante tener esto en cuenta porque, habitualmente, se nos va a decir que nos ajustemos al máximo a nuestro perfil inversor, es decir si somos personas con una enorme aversión al riesgo nos dirán que acudamos exclusivamente a fondos de renta fija o garantizados.
Sin embargo, esto no tiene que ser una verdad absoluta. La enorme variedad de fondos de inversión que existe en el mercado permite graduar mucho más los niveles de riesgo y su relación con la rentabilidad.
Hay que estudiar de manera profunda el tipo de fondo que se nos propone, las diferentes combinaciones, e incluso, combinar diferentes fondos dependiendo de lo que nuestro perfil indique. Centrarnos de manera muy radical en una primera impresión o catalogación de perfil inversor es, probablemente, una mala idea.
Prueba a empezar por los ETF
Probablemente una de las fórmulas para comenzar a operar con fondos, es hacerlo a través de los fondos indexados. Se trata de fondos de gestión pasiva, más baratos, con menos costes iniciales, pero que, además, exigen menos dedicación al inversor.
Puede ser fondos temáticos, sobre índices, sobre tipos de activo, geográficos, y en general, se considera como un paso previo interesante, y con una buena relación riesgo/rentabilidad, antes de llegar a los fondos de inversión convencionales.