Las entregas que efectúan las empresas a sus empleados, de las cestas de Navidad en el mes de Diciembre, constituye una tradición que ha sido puesta en peligro, producto de la crisis que se vive en muchos sectores.
Este año, son numerosas las empresas que han debido sacrificar esta atención para sus empleados o sus clientes.
La crisis continúa acechando a muchísimas empresas y sectores industriales y productivos de España. La profundidad de la crisis que produjo la disminución de la rentabilidad de muchos negocios no estuvo reservada a pequeñas empresas y comercios. Incluso las principales firmas han sido alcanzadas. Esta situación obliga a la consecución de un objetivo primordial: rebajar costes. Esta reducción muchas veces ya está al limite y precisamente cortar en gastos que muchos consideran secundarios es la única opción.
Justamente, las empresas pertenecientes a los sectores más magullados por la crisis, como las ligadas a la construcción, las inmobiliarias y las de automoción, son las primeras que han anunciado que no realizarán ningún encargo de cestas de Navidad este año.
Lógicamente esta decisión repercute profundamente en el sector que agrupa a las empresas dedicadas a proveer y distribuir este tradicional obsequio en vísperas de Navidad.
Esto deriva en que la Asociación de Empresas Elaboradoras de Cestas y Lotes de Navidad (Aslovac) haya labrado una propuesta que importa la decisión de bajar los precios de dichas Cestas Navideñas.
Con el objetivo de salvar el año y revertir la caída del 20% de las ventas de estos productos acaecida el año pasado, las empresas del sector han optado por ofrecer lotes más económicos.
Las reducciones en los costes de estos presentes oscilan entre el 7 y el 15%. Lo cierto es que el recorte en la demanda es lo que se pretende paliar ya que dicha situación repercute directamente en el empleo. Son muchos los puestos de trabajo que están en juego, por encontrarse directamente vinculados a la elaboración y la distribución de un buen lote de cestas navideñas.