Muchas empresas crediticias y bancos nacionales, de la gran cantidad que ofrece España, solicitan un aval para otorgar a los usuarios una hipoteca. Al hablar de montos cercanos a los 100.000 euros, y de plazos que muchas veces exceden los 30 años, las empresas crediticias solicitan avales para resguardarse en caso de incumplimiento de pagos.
¿Qué son los avales de hipoteca?
Un aval de una hipoteca es una propiedad que sale en concepto de garantía, por lo que el banco, por el dinero que presta, puede ejecutar la garantía en caso de incumplimiento de pago por parte del prestatario. Esto implica que la casa que se pone como garantía estará hipotecada por los próximos 20 o 30 años, y no podrá ser aval para otros préstamos hipotecarios.
Sin embargo, debido a la dificultad en la que se convierte obtener un aval hipotecario para la mayoría de los individuos, los bancos han decidido ofrecer servicios adicionales y obligatorios por sus hipotecas, evitando así tener que contar con un aval para obtenerlas. Para esto, el usuario debe contratar un seguro de vida y sumarle el pago de la prima al pago de los intereses hipotecarios, por lo que si se entra en cesación de pagos, el seguro de vida se hace cargo de devolverle al banco los pagos del usuario.
Por otro lado, muchas empresas otorgan, digamos, 100.000 euros de hipoteca, pero 20.000 euros de este monto deben ser invertidos en fondos comunes de inversión o fondos mutuos que otorga el banco. Este dinero oficia de aval o garantía, mientras que genera una renta que ayuda a los usuarios a acercarse a los pagos mensuales.
Si bien estas opciones existen, son un poco más caras ya que el banco se encuentra sometido a un riesgo que no tendría si el usuario presentaría un aval para su hipoteca.