Los datos revelados hoy por el II Observatorio Nacional sobre Pensiones de Caser, revelaron que el 65% de los españoles no está en situación de ahorrar para su jubilación.
Los encuestados revelaron que no poseen la capacidad económica y el interés como para mantener un ahorro a largo plazo.
En el último tiempo el ahorro de las familias españolas se ha incrementado, sin embargo, este excedente está destinado a hacer frente a las necesidades cotidianas. El ahorro tiene un fin cortoplacista en la actualidad, y el 80% de los encuestados consideró que es “imposible” ahorrar para la jubilación. Esta cifra se incrementó en un 4% respecto de los resultados del año anterior.
Los motivos de esta falta de previsión en la mayoría de los españoles está sustentada por la inestabilidad laboral y el exceso de gastos que deben enfrentar diariamente.
Por otro lado, la mayor parte de los encuestados admite que su falta de previsión frente a la contingencia de la vejez se basa en su confianza en el sistema público de pensiones. Si bien, los españoles prevén que este sistema pueda desaparecer, al menos, en la forma en que lo conocemos en un futuro, reconocen que no están al tanto de los posibles problemas que pueda soportar el sistema de pensiones en el futuro y más del 90% ignora la cuantía de la jubilación que le corresponde.
Las familias españolas que son capaces de ahorrar revelaron que mantendrán a corto plazo sus aportaciones. Según expone el estudio realizado, el 17% es capaz de destinar entre 3.000 y 5.000 euros al año de su renta al ahorro, el 36% sólo puede aportar entre 600 y 1.500 euros, y tan sólo el 3% de los ahorradores dedica más de 5.000 euros al año.
El 95% de los ahorradores, se inclina por planes de pensiones, con aportaciones medias de entre 1.500 y 3.000 euros al año para el 44% de ellos. Es notable en España la escasa aceptación que exhiben otros productos financieros destinados a la previsión como pueden ser las hipotecas inversas. Este producto consiste en un crédito con cargo a la vivienda con el fin de percibir una renta periódica y los analistas consideran que no gozará de la popularidad deseable en un período bastante extenso, por lo menos, 10 años.