Hace pocas semanas, el Fondo Monetario Internacional publicó el informe «Perspectivas Económicas Mundiales 2011», donde ha relatado sus previsiones para el 2011. Como no podía ser de otra forma, no fueron buenas esas previsiones, llamando la atención de los Gobiernos, la prensa especializada y Wall Street, entre otros pesos pesados.
En este informe el FMI ha lanzado duras advertencias para el año 2011 que comienza, y es importante destacar cuales son:
En primer lugar, el FMI ha dicho que las condiciones de la industria financiera ha comenzado a normalizarse, pero las instituciones y los mercados que las regulan siguen siendo frágiles. En este sentido, la volatilidad de la bolsa mundial, las divisas y las materias primas siguen siendo lo suficientemente elevada como para poner en serios riesgos a la economía real.
El Crecimiento mundial previsto por el FMI es elogiable, el 5,25% anualizado durante la primera mitad del año, aunque las formas de conseguirlo distan de ser las ideales. Aquí, el FMI dice que se logra ese crecimiento gracias al uso de los inventarios acumulados y por los planes de estimulo fiscal de los gobiernos.
Aquí radica uno de los principales temores de los «popes» del FMI: este proceso de crecimiento puede agotarse en la segunda mitad del año, ya que las empresas -principalmente de Estados Unidos- prefirieron agotar sus inventarios acumulados antes que realizar inversiones para salir de la recesión.
Por otro lado, los planes de estímulo gubernamentales de todo el mundo no han salido gratis, y los principales países desarrollados están registrando importantísimos déficits que atentan contra la integridad de su deuda soberana, la única forma que tienen de financiar esos déficits. El riesgo de default en muchos países sigue latente.
¿Como corregir estos desequilibrios en la economía mundial? El FMI habla de cuatro iniciativas que pueden contribuir a ello:
- los bancos centrales deben continuar con una politica monetaria expansiva, debido a que la demanda de las principales economías desarrolladas sigue siendo débil
- los gobiernos deben apoyar con toda su fuerza la estabilidad del Sistema Financiero.
- las cuentas fiscales de los países desarrollados deberían volver a mostrarse en orden.
- las economías emergentes deberían empujar la recuperación del mundo aumentando su consumo interno.
No hay nadie que se pueda salvar si no se salva el resto del mundo. En este sentido, si los desequilibrios continuan, el riesgo de impago de las economías desarrolladas crecerá, y los países emergentes sufrirán por el hecho de la abrupta caída del nivel de actividad económica global.
En fin, estamos todos en el mismo barco…