Un contrato de Leasing, o en nuestro idioma Arrendamiento Financiero, es un contrato mediante el cual, el arrendador traspasa el derecho a usar un bien a cambio del pago de rentas de arrendamiento durante un plazo determinado, al término del cual el arrendatario tiene la opción de comprar el bien arrendado pagando un precio determinado, devolverlo o renovar el contrato.
El leasing se utiliza sobre todo en el mercado de los automóviles. Básicamente, y explicado de modo cotidiano, una persona adquiere el uso y usufructo de un determinado bien, en nuestro caso, un vehículo, pero también pueden ser equipos o maquinarias, durante un plazo de tiempo determinado, que en general se mide en años, por una determinada suma que irá pagando en cuotas mensuales durante todo el plazo del contrato.
Una vez terminado el plazo, el arrendatario puede elegir entre 3 opciones:
- ejercer la opción de compra del bien por el valor residual (diferencia entre el precio de adquisición inicial que tuvo el arrendador más los gastos e intereses, y las cantidades abonadas por el arrendatario).
- no ejercer la opción de compra y por tanto devolver el bien.
- prorrogar el contrato de arrendamiento, con el pago de cantidades periódicas menores.
El contrato de leasing es tan simple como esto, pero hay que tener en cuenta algunas cuestiones. La principal es que el arrendador tiene la obligación al término del contrato de ofrecer a su cliente la adquisición del bien.
Durante la vida del contrato, el arrendador mantiene la titularidad sobre el bien, aunque no responde por los problemas que puedan aquejar al mismo (roturas, mantenimiento).
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En este sentido, en general tiene cláusulas que exige al arrendatario permitir la inspección periodica del bien por parte del arrendador, como así también la obligatoriedad de contratar un seguro por parte del cliente para proteger el valor del bien. A su vez, ante el incumplimiento del contrato por parte del cliente, el arrendador está facultado para recuperar el bien casi en forma inmediata.
Podemos encontrar una serie de ventajas y desventajas del Contrato de Leasing:
Ventajas
- Se puede financiar el 100% de la inversión
- Se pueden obtener importantes ventajas fiscales, ya que el valor de las cuotas de amortización puede tomarse como gasto tributario, por lo cual el valor total de la maquinaria o equipo puede deducirse como gasto, a excepción del pago del valor residual del bien.
- Gran flexibilidad y rapidez para obtener una renovación tecnológica de los equipos.
Desventajas
- Mayor costo financiero de la deuda con relación a un crédito bancario normal
- Solo se accede a la propiedad del bien una vez terminado el contrato de leasing
En fin, como mencionamos con anterioridad, es una muy buena opción para la renovación de equipos, maquinarias o vehículos productivos con cierta rapidez y bajo costo de reposición, mediante una cuota mensual. En muchos casos es mucho más interesante al término del contrato devolver el bien y adquirir otro más avanzado tecnológicamente, ya que de esta manera las empresas, sobre todo las PyMEs, pueden acceder al recambio que mencionamos. Es mucho más interesante aplicarlo a bienes que se deprecian o se tornan obsoletos con rapidez.
El leasing hoy en día en España
Para tomar conciencia de la importancia del leasing en nuestro país bastaría con decir que en el año 2014 hasta un 30% de la inversión empresarial se realizó mediante esta modalidad. Si esto ya nos parece importante, debiéramos retrotraernos a los años anteriores a la crisis ya que, esta cifra, ha disminuido nada menos que un 80%: en el año 2007 suponían 21.514 millones de euros en el pasado año 2014 apenas alcanzó el volumen de 4000 millones de euros.
Es cierto que esta enorme caída se ha frenado y que ya durante el pasado año 2014 comenzaron a darse mejores cifras, cifras que se mantienen a lo largo de lo que llevamos de 2015. Debemos recordar que el leasing financia la inversión de las empresas, pero también permite destinar dinero a elementos como maquinaria, locales, transportes y por tanto se encuentra directamente ligado a la actividad productiva.
En concreto, dentro del sector de las pymes y los autónomos, que se ha revelado como el más vulnerable ante la caída de liquidez, este repunte de la inversión y de instrumentos financieros como el leasing para la financiación de la pequeña y mediana empresa, toma un cariz especialmente interesante ya que, efectivamente, estaríamos ante uno de los segmentos más golpeados por la crisis desde el punto de vista de la financiación.
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