Aunque los valores de cierre fueron inferiores, en la jornada de ayer la onza de oro alcanzó los 1.262 dólares, rompiendo otro máximo histórico.
Finalmente el valor de la materia prima refugio cerró la jornada en los 1.254,70 dólares la onza. Sin embargo, fue la volatilidad del mercado la que impulsó el rally intradía.
Es que el mercado no encuentra señales que consoliden el rumbo de la recuperación económica. Al mismo tiempo, la delicada situación que atraviesa la deuda pública de Irlanda, Portugal y Grecia, ha minado la confianza de los inversores, empujándolos a la compra de oro, el activo refugio por excelencia.
Tanto el valor de cierre de ayer, como los movimientos observados en la jornada de hoy, sitúan al oro muy cerca del máximo marcado el pasado 18 de junio, cuando se situó en 1.256 dólares.
El panorama alcista para el oro, está lejos de cambiar. La debilidad del dólar, sólo refuerza el potencial del oro, tanto que UBS elevó el precio objetivo del metal a tres meses desde los 1.200 a los 1.300 dólares.
El temor de muchos inversores, es que esta espectacular escalada en el precio del metal precioso, que supera el 15% en lo que va del año, derive en la formación de una nueva burbuja financiera, vinculada a su cotización.
En este momento, podremos encontrar detractores de esta teoría de la burbuja del oro, como analistas que fundamentan sus suposiciones en el mayor rally en el precio del metal en los últimos 10 años.
Lo cierto es que por el momento son incontables los analistas que sitúan el precio del oro en torno de los 1.500 dólares la onza en 2011. De ser así, aún queda espacio para obtener suculentas ganancias con el metal dorado, ya sea mediante fondos de inversión, fondos cotizados o mediante la utilización de contratos por diferencias. Ni hablar de la inversión directa en oro, ya sea en lingotes o monedas…