Grecia sufre una grave crisis. Sin dinero y con deudas que exceden su capacidad de pago, a Grecia no le queda otra que realizar una reestructuración de su deuda. Esta es al menos la conclusión a la que llega Goldman Sachs, que cree que más tarde o más temprano la cuna de la civilización deberá reestructurar su deuda
Esta reestructuración parecería inevitable, independientemente de que lleguen las ayudas prometidas o no. La razón es simple: un gran paquete de rescate plurianual combinado con una reestructuración voluntaria de la deuda crearía mucho mayor espacio para que el Gobierno tomara las reformas necesarias. De otra manera, con la espada de Damocles que significa su abultada deuda, no podría ser factible una salida duradera a la maltrecha economía griega.
Algunos especialistas dicen, incluso, que los mercados ya están descontando alguna clase de cambio en el calendario o alguna clase de oferta de intecambio sobre la deuda. Por lo pronto, el riesgo país griego se dispara hasta valores cercanos a los 600 puntos básicos y algunos de sus bonos de largo plazo ya rinden cerca del 10% anual.
Pero esas no son los únicos indicios de lo que puede venir. La agencia Moody’s bajó la nota de Grecia y abrió la puerta a un nuevo recorte en la financiación del estado heleno. La calificadora justificó la decisión en el “riesgo significante” que supone el creciente costo que asume Grecia para financiarse, y que llevó a que la rentabilidad de los bonos griegos haya tocado su máximo desde que el país entró en la eurozona.
También S&P bajo la calificación de la deuda al nivel de Bono especulativo o Bono basura, dando pie a nuevas rebajas. Incluso, un reciente informe del Citibank destaca que Grecia deberá reestructurar su deuda con un mínimo de quita del 30%.
¿Que significa una reestructuración de deuda? La reestructuración incluye casi siempre:
- la modificación de los plazos de vencimiento, haciendo que se elimine así la acumulación de deudas a corto plazo y se conviertan éstas en deudas consolidadas a largo plazo
- el reescalonamiento de la deuda, o sea el cambio en los montos anuales a pagar, de modo que éstos resulten más uniformes o graduales
- la modificación en los intereses y otras cláusulas semejantes.
- también se procede a veces a refinanciar la deuda previamente contraída, es decir a emitir nuevos préstamos, en condiciones más accesibles, con los que se pagan los anteriores.
En algunos casos, cuando el deudor se halla en una situación financiera crítica –-Grecia entra en esta categoría–, puede establecerse también los llamados períodos de gracia, lapsos en los cuales el deudor tiene tiempo de recuperarse antes de iniciar los pagos correspondientes al nuevo préstamo contratado. Los períodos de gracia generalmente significan que, durante ese tiempo, no se realizarán pagos de capital sino exclusivamente de intereses.
En fin. Los mercados están avisando y prácticamente descontando una reestructuración de la deuda griega. Las bajas en todos los índices bursátiles del mundo lo avalan.