The Economist, el prestigioso periódico inglés, ha sacado una interesante nota con respecto al sistema bancario español. Aquí le traemos un pequeño resumen.
Sencillamente, el diario británico resume todo en una frase: «ese viejo estereotipo español de dejar todo para mañana sigue estando vigente». ¿En que se basa para decir esto? Durante 2 años, los banqueros españoles han estado hablando acerca de la necesidad de reestructurar un sistema financiero inflado, en particular las 45 cajas de ahorro del país.
Alrededor de la mitad de las cajas, que son controladas por políticos locales, han anunciado su intención de fusionarse, esperando poder acceder al FROB –Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria-. Catalunya, al igual que Andalucía, ha permitido alguna concentración. Por el contrario, lo más común es que las cajas se resistan a las fusiones, como por ejemplo en Galicia, donde CaixaNova se resiste a su unión con Caixa Galicia, su competidora.
Sin embargo, pese a un aumento de los créditos incobrables producto de la espectacular exposición a la quiebra del sector inmobiliario, los bancos se han mantenido rentables, gracias a un generoso colchón de «reservas genéricas» acumuladas durante el boom de los años pasados.
Pero todo se acaba. Por un lado, se viene un aumento del costo de financiación, a medida que el Banco Central Europeo reduzca gradualmente sus planes de liquidez. Es bueno destacar que el sistema financiero español acaparó el 14% de todos los fondos otorgados por el BCE. Reemplazar esos fondos afectará sobre todo a las cajas de ahorro, que han absorbido las 3 cuartas partes de esa suma.
Por otro lado, las preocupaciones por la capacidad de repago de los bonos soberanos españoles -léase, aumento del riesgo país– también encarecerán el costo de fondeo para los bancos este año.
Pero eso no es todo: se espera que los créditos incobrables aumenten este año, ya que los bancos y cajas de ahorro han disfrazado sus peores apuestas adquiriendo propiedades por valor de entre 30.000 y 40.000 millones de euros a las constructoras quebradas antes de que incumplieran sus pagos. Aquí encontramos la razón del enorme stock de viviendas que tienen las entidades financieras, sobre todo las cajas de ahorro.
En esta parte es donde interviene la mano reguladora del Banco de España: hasta ahora, el organismo de contralor requiere que se reserve -a modo de encaje- el 10% del valor de la propiedad en el momento de la operación (el canje de deuda por propiedades entre entidad y constructora) y otro 10% si no se ha vendido en el término de un año. Se prevé, sin embargo, que el Banco de España aumentará este último requerimiento al 30% del valor de la propiedad. Sin duda, será una sangría importante para las cajas comprometidas, que pueden ver reducidas sus rentabilidades en más de un tercio.
¿Hay más? Si, hay más. The Economist menciona que analistas de entidades reconocidas han calculado que los bancos y las cajas han refinanciado créditos por alrededor de 60.000 millones de euros. Muchos de estos créditos refinanciados se encuentran al borde del impago, por lo que eventualmente, las entidades deberán realizar reservas por casi 30.000 millones de euros para cubrir estos créditos y el valor de las propiedades adquiridas.
Estos 30.000 millones de euros representan un 50% más de lo que ya tienen en reserva. He aquí el mayor problema, ya que serán varias las entidades que entrarán en pérdidas este año por este motivo. ¿Y las salvadoras reservas genéricas? Gran cantidad de ellas se acabarán este año, por lo que no será de gran ayuda.
Conclusión: las entidades españolas, y sobre todo las cajas de ahorro, no pueden postergar las cosas por mucho más tiempo. El FROB expira en junio de este año, pero se estima que habrá alguna prórroga. Es momento de dejar de lado egoísmos y competencias y de mirar hacia adelante. Y hacia los clientes españoles, que ven con preocupación la cercanía de otro «affaire» como el de la casi olvidada Caja Castilla La Mancha.