Aunque el título del artículo pueda parecer un trabalenguas, lo cierto es que es perfectamente posible invertir en arte sin comprar arte. Aunque, como veremos, no se trata de una empresa sencilla al alcance de todos los bolsillos.
Aunque existen diferentes métodos para invertir en arte, los fondos de inversión especializados, se ha convertido en una de las herramientas más útiles para quien desea colocar su dinero alrededor del mundo del arte, pero no quiere limitarse a la compra de una pieza, objeto o colección.
Qué es un fondo de inversión en arte
Como su propio nombre indica, un fondo de inversión en arte es un instrumento de inversión colectiva que elige el arte como mercado en el que desarrollar su actividad inversora.
Aunque no existen muchos en el mercado, alguno de ellos lleva décadas presentando resultados muy inconsistentes, demostrando que se trata de un segmento importante, con buen rendimiento y rentabilidades por encima de la media de otras áreas de inversión.
Aunque no podríamos catalogar de manera muy clara los diferentes fondos de inversión en arte, si encontramos al menos dos tipos diferenciados:
- Aquellos fondos de inversión especializados en los que la gestión se centra en un área concreta del arte, por ejemplo, la pintura
- Los fondos de inversión en arte que invierten en diferentes ámbitos, y no se centran de manera exclusiva en un único segmento artístico
Encontramos buenos ejemplos de rendimiento rentabilidad en ambas modalidades, y algunos de los fondos de arte más exitosos puede ser de una u otra modalidad. La diferencia fundamental, además del objeto de inversión, suele centrarse en que los fondos especializados en una temática, suelen tener un nivel de entrada superior para las aportaciones.
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Ventajas y desventajas de los fondos de inversión en arte
como cualquier tipo de inversión encontramos ventajas y desventajas dentro de los fondos de inversión en arte.
Dentro de las ventajas destacables podríamos citar el hecho de tratarse de un sector que, con una buena gestión, ha mostrado una capacidad de revalorización de los activos en los que se invierte muy notable. Dicho de otro modo, un modelo de inversión rentable que ha mostrado una buena progresión en las últimas décadas.
Otra ventaja importante, es que el arte es un objeto de inversión revalorizable, con una capacidad de multiplicar su valor notable.
Dentro de las desventajas, la más obvia, es que se trata de un modelo de inversión que no se encuentra al alcance de todos los bolsillos. De hecho, generalmente son fondos de inversión con una gran exigencia para las aportaciones de los partícipes. Esto limita mucho el acceso a un producto que, podría ser atractivo para el inversor medio, pero que generalmente será prohibitivo.
Otra desventaja es la limitación del objeto de inversión. Si bien es cierto que el arte puede revalorizarse de manera notable como hemos dicho y proporcionar buenas rentabilidades, el hecho de no diversificar y asumir el riesgo de la no revalorización de un activo, no es una fórmula de inversión para todos los bolsillos inversores.