Los PIAS poseen algunas características propias que los hacen diferentes a otras maneras de ahorrar para la jubilación. La forma en que se pueden rescatar es una de ellas.
Se trata de un producto de ahorro para la jubilación, muy atractivo respecto a otro tipo de cuestiones como pueden ser los planes de pensiones. Este plan de ahorro sistemático es un seguro de vida y ahorro, que termina con un rescate en forma de renta vitalicia.
Actualmente, disponemos de una gran ventaja para planificar nuestra futura jubilación, y es precisamente la oportunidad de escoger diversos productos. Y no solo eso, sino que también se pueden complementar dichos productos entre sí. Esta es una de las razones por las que un plan individual de ahorro sistemático es un acierto, ya sea como un producto central de nuestro ahorro o complementando a otros productos.
Cómo funcionan los PIAS
Lo que estos productos nos ofrecen es realizar aportaciones flexibles, ya que la flexibilidad es una de las principales características del PIAS. Esto significa que es posible realizar imposiciones únicas, y además aportaciones periódicas.
Por otro lado, el ahorro que obtenemos gracias a este producto nos da la posibilidad de acumular capital y rentabilidad, para terminar siendo rescatado en forma de renta vitalicia. Esto supone una verdadera ventaja en relación a otro tipo de productos, puesto que antes de la famosa reforma, había que respetar obligatoriamente un periodo de 10 años para poder presentar la solicitud de renta vitalicia referente a este producto. Algo que ya no ocurre actualmente, puesto que ese periodo obligatorio se ha visto reducido a la mitad desde que se efectúa el pago de la primera prima del PIAS.
Como ya hemos mencionado, aunque a día de hoy dispone de mucha más flexibilidad, cuenta con un límite máximo de aportación anual; no es posible sobrepasar la cantidad de 8.000 euros. Su límite acumulable máximo es de 240.000 euros.
Liquidez y rescate en un PIAS
Este tipo de productos también se diferencian de los demás por su característica flexibilidad en el momento de la liquidez. Por el contrario, en otros muchos productos de ahorro no es posible hacer un rescate antes del vencimiento.
También es importante que tengamos en cuenta que el hecho de realizar un rescate antes del vencimiento puede suponer ciertas pérdidas para el usuario. Cabe la posibilidad de que se obtengan muy pocos beneficios o ninguno, todo depende del momento en que se realice el rescate. Además, los beneficios fiscales que se obtienen una vez cumplido el periodo obligatorio del producto y transformado éste en renta vitalicia, no se aplican en un rescate antes de dicho vencimiento.
Los últimos aspectos que hemos mencionado tienen especial importancia si se tiene en cuenta que las rentas vitalicias van a tributar como rendimiento de capital mobiliario. En la realización de dicha tributación es conveniente hacer el cálculo del porcentaje que corresponde a cada anualidad, es decir:
- Si el beneficiario tiene menos de 40 años, el cálculo será del 40%.
- Si tiene entre 40 y 49 años, del 35%.
- De los 50 a los 59 años será del 28%.
- Entre 60 y 65 años será del 24%.
- De los 66 a los 69 años del 20%.
- A partir de los 70 años será tan sólo del 8%.
Además, es importante recordar que un plan individual de ahorro sistemático contabiliza a la hora de acumular ahorro en productos similares, con los límites de ahorro que hemos señalado.
En resumen, un PIAS es un plan de ahorro perfecto para aquellos usuarios que no necesitan liquidez a medio plazo. Esto se debe no solamente a que nos ofrece un rendimiento muy superior a otros productos en un plazo de tiempo más que razonable, sino que también nos aporta los beneficios fiscales de las rentas vitalicias y un periodo de rescate antes de tiempo.