Un Club de Inversión es una comunidad formada por un grupo de pequeños inversores que se van integrando con el fin de invertir en la Bolsa. En España funcionan desde la década de 1970.
Los Clubes de Inversión están siempre conformados por personas físicas, que gestionan personalmente su cartera de valores. Cada una de ellas aporta un pequeño capital (puede realizarse una aportación inicial solamente, o también es frecuente, ir realizando aportaciones periódicas posteriores). De esta forma lo que se pretende es gestionar de forma conjunta el patrimonio del mismo, así como comprender mejor el funcionamiento de la operativa bursátil, las entidades que participan (sociedades y agencias de valores, bolsas, etc.), los costes de una operación de compra-venta de acciones y en general todo aquello que tenga relación con el mercado bursátil.
Grupos de amigos, familias, compañeros de trabajo, etc. pueden, por tanto, formar Clubes de Inversión, los que se caracterizan por su finalidad pedagógica.
El inversor que forma parte de los mismos ve facilitado su acceso al conocimiento y funcionamiento de los mercados de valores. El compartir experiencias con los demás miembros del grupo, él poder recabar, investigar, analizar, planificar y elegir una determinada inversión que maximice los objetivos perseguidos, no es una oportunidad que corresponda menospreciar.
Los individuos pueden acceder a estos Clubes de Inversión con un pequeño capital. Dada la complejidad de los mercados financieros, la variedad de productos que en ellos se comercializan es más fácil y productivo invertir como parte de un grupo organizado para tal fin que hacerlo en forma individual.
Normalmente es común la realización de cursos o seminarios de formación para los socios, aunque este tipo de actividades también suele estar abierta para personas que no forman parte del mismo, consiguiendo así la incorporación de nuevos miembros al club o reunir algún dinero, ya que se suele cobrar por ellos.
Las ventajas de pertenecer a un club de inversión son varias. A modo de resumen podemos mencionar:
- Comisiones de intermediación más bajas: La pertenencia a un club permite disfrutar de menores tarifas en la compraventa de valores. Los «brokers» con los que trabajan los clubes suelen fijar honorarios más bajos a los clubes que a los inversores individuales, sobre todo cuando realizan un alto número de operaciones.
- Asesoramiento Gratuito: en muchos casos, los propios intermediarios financieros envían a los clubes de inversión informes bursátiles con recomendaciones de valores de forma gratuita.
- Cursos y seminarios: los intermediarios financieros y las plazas bursátiles (Bolsa de Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao) en las que también pueden registrarse los clubes ofrecen la posibilidad de asistir a cursos y seminarios de Bolsa en forma gratuita.
Sin duda, a la hora de incursionar en el Mercado de Valores, se asume el riesgo de que el comportamiento de la Bolsa no es matemático, con lo que nadie puede saber a ciencia cierta cuáles son las acciones ganadoras en un periodo de tiempo. En el caso de que el club incursionara en pérdidas y se disolviera y la cartera estuviera en rojo, los socios perderían dinero (cada uno en la proporción acorde con las aportaciones realizadas).
La idea con la que se debe crear el club es invertir con vistas a largo plazo para no perder. Lo idóneo es permanecer en el club un periodo de tiempo amplio y tomar precauciones que minimicen el riesgo, por ejemplo, diversificar, apostar por valores grandes, alta rentabilidad por dividendo, u otros.