Cuando se trata de esta reclamación no estamos ante una cuestión geográfica, también es posible por supuesto reclamar preferentes en Valencia, de hecho, si usted es un perjudicado y aún no lo ha hecho lo cierto es que no debiera dejar pasar más tiempo en el proceso e iniciarlo de manera inmediata.
Las participaciones preferentes son un producto financiero de riesgo. Nos podríamos definir como un modelo de acciones que vienen a prometer altas rentabilidades, pero, a cambio, poseen un nivel de riesgo elevadísimo, en el cual no solo se pone en juego aceptar o no en la rentabilidad, también se pone en juego el capital invertido.
Esta condición de riesgo hace que, en un comportamiento ético, las entidades financieras no debieran ofrecerlas a cualquier tipo de usuario, pero, más allá, jamás debieran ofrecerse sin entrar a valorar con el usuario los posibles riesgos, a través de lo que se viene a denominar como test de conveniencia entre otras herramientas.
Esto deriva en una regla, es decir realmente en un modelo de comportamiento en el cual las entidades financieras deben estar seguras de que el preferentista conoce los riesgos que asume, y, mantiene una experiencia de inversor lo suficientemente necesaria como para entenderlos.
Poco tenemos que pensar para darnos cuenta que cuando en el año 2011 comienzan a saltar los escándalos encadenados sobre la colocación de preferentes, encontramos el incumplimiento absoluto de todas estas premisas a las que nos hemos referido, es decir, estos productos se colocaron a particulares que no cumplían en absoluto el perfil de inversor exigido, no se realizaban los test de conveniencia y, en la gran mayoría de casos, ni siquiera se avisaba de los riesgos reales de la inversión, mostrando tan sólo la cara amable del producto, es decir, la posibilidad de grandes rentabilidades.
Para todos los efectos, y tal y como ha dictaminado en la mayoría de casos la ley, estamos ante una ilegalidad, que, desafortunadamente, alcanzó a una cifra millonaria de usuarios.
Desde entonces hasta hoy en los procesos de reclamación se han convertido en una vía útil para la recuperación de los capitales invertidos, que en algunos casos se ha convertido en una recuperación prácticamente total y en otros parcial.