En los últimos años el dólar (U$S) se fue desvalorizando lentamente pero sin pausa frente al resto de las monedas, salvo contadas excepciones, a tal punto que hoy en día son muchas las naciones productoras de petróleo que prefieren que sus precios coticen en Euros.
¿Pero cúal es la causa de esta desvalorización? La economía norteamericana ha acumulado grandes déficits durante las presidencias de George Bush, llegando al punto donde hoy se encuentra: atravesando una pesada crisis en el mercado inmobiliario que, además de la incertidumbre generada en los consumidores, impacta, y en algunos casos de manera notable, en los balances de los bancos y en el sector de la construcción.
Esto genera, a su vez, problemas por el lado del abuso del consumo a través de las tarjetas de créditos. Las familias norteamericanas han gastado más de la cuenta, llegando al punto que hoy en día cada una de ellas tiene deudas con los bancos del orden de los 8.000 U$S promedio.
Es por estas razones que se está hablando de desaceleración económica y hasta de recesión en la gran economía del norte. Todo esto lleva al deterioro de los instrumentos financieros y a la reducción de las tasas de interés estipuladas por la FED, lo que contrae el ingreso de fondos desde el exterior hacia los Estados Unidos, indispensables para financiar su gigantesco deficit de la cuenta corriente.
Al déficit comercial que Estados Unidos posee, principalmente con China, hay que sumarle su pronunciado deficit fiscal, básicamente alimentado por los gastos belicistas en Irak y Afganistan. En síntesis, la primera economía del mundo se ha transformado en la gran deudora del planeta.
Las consecuencias de un dólar débil son:
De esta manera, el Euro se está transformando en una moneda de alternativa, disputándole a la moneda norteamericana la supremacía en el comercio mundial. Falta saber durante cuanto tiempo seguirá esta situación. Una gran duda que ni los mayores gurúes de la economía saben a ciencia cierta…