Los expertos no se ponen de acuerdo ni siquiera en predecir si habrá deflación o inflación en los próximos meses. Ante esta ambigüedad, los inversores están poco menos que a la deriva.
Sabemos que gran parte de la economía mundial se encuentra supeditada a lo que suceda en EEUU. Allí, el panorama es muy incierto. Una apuesta equivocada podría ser devastadora. Si su portafolio está construido para un escenario de deflación, por ejemplo, sus activos se deprimirán si el país pasa por un período de inflación.
El Wall Street Journal hace un análisis de los distintos escenarios y las mejores inversiones para cada uno de ellos:
- Inflación
En este caso, las materias primas son la mejor opción, ya que seguramente subirán desde el petróleo hasta el maíz y el cobre. Considere invertir en un fondo de inversion que le ofrezca exposición a una amplia variedad de commodities industriales y agrícolas, aunque también existe la posibilidad de quedarse líquido para aprovechar los tipos de interés que -casi con seguridad- subirán debido a que los Bancos Centrales querrán enfriar la economía.
- Deflación
Prepararse para la deflación, según el Wall Street Journal, es más fácil: ponga una buena cantidad de dinero en bonos del Tesoro de los estados a largo plazo y el resto en efectivo, ya que si bien las rentabilidades serán magras, el flujo de retornos constantes valdría cada vez más en relación a los precios a la baja del IPC.
- Estabilidad
Quizás los banqueros acierten y la economía no pase ni por una severa inflación ni una severa deflación. En este caso, los activos riesgosos tendrían el mejor desempeño, así que las acciones y los bonos con algunas características de acciones deberían recibir un énfasis.
En fin. No podemos hacer futurología, pero al menos podemos decirles las posibilidades.