El ser humano es el único animal que no aprende de sus errores y que es capaz de equivocarse dos o más veces en lo mismo. Algo de esto hay para explicar la posible próxima explosión de otra burbuja financiera, esta vez en China.
Según el periódico Financial Times, el Gobierno de la República Popular de China ha ordenado a sus bancos que se aseguren de que los volúmenes de préstamo sin precedentes que están concediendo se dirijan a la economía real y no al sector inmobiliario o bursátil.
Las preocupaciones tienen su fundamento. El crecimiento del sector crediticio en China durante los últimos años ha sido del 15%, cuando el PIB creciese por encima del 10%. Ahora, con un crecimiento en torno al 7%, los créditos crecen a un ritmo del 33% y se espera que al final del año se llegue a una tasa del 40%.
Gran parte de ese crédito otorgado no ha ido al sector productivo, como era la intención del Estado Chino, sino a inversiones especulativas en los mercados de capitales y en el sector inmobiliario. El precio de la vivienda experimenta una subida desconocida en cualquier otra parte del mundo. En el lado financiero, la bolsa de Shanghai ha subido más de un 150% en los últimos nueve meses, durante lo peor de la crisis.
Los números son lapidarios. La estabilidad de la economía china se encuentra en una fase donde puede ser amenazada, tal como ha sucedido en EEUU y Europa.
Esta historia ya la hemos visto. Esperemos que se tomen las medidas necesarias, ya que si China estornuda, el Mundo se resfría…