La fiscalidad es una carga que muchas veces cambia la idea de rentabilidad o del tipo de interés de un producto financiero. Sucede con los depósitos y también, entre otros, con las hipotecas
Cuando contratamos cualquier producto financiero, desde un simple depósito hasta un plan de pensiones, la fiscalidad del mismo es un punto muy importante a tener en cuenta, ya que afecta al costo real del producto. También sucede esto en las hipotecas.
Cuando realizamos la compra de una vivienda o de cualquier inmueble, debemos confeccionar una escritura pública donde se detalla toda la operación. La primera escritura tiene una serie de imposiciones fiscales que gravan el acto. Elo más importante es el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales en la versión de Actos Jurídicos Documentados.
Los tipos fiscales que se deben abonar por este impuesto son:
- Tipo general -en casi todas las autonomías-: 1%
- Canarias: 0,75%
- Madrid: entre el 0,4% y el 1%
- Valencia: 0,1%
- Territorios Forales: 0,5%
Además, en diversas autonomías se han establecido un amplio abanico de tipos reducidos para la adquisición de vivienda o préstamos hipotecarios por determinados colectivos, como jóvenes, discapacitados o familias numerosas.