Las situaciones de sobre-endeudamiento en las que las economías familiares no alcanzan con sus ingresos y patrimonio a cubrir el conjunto tanto de sus necesidades básicas como de aquellas obligaciones que hayan contraído como deudas, se han convertido en el día a día de millones de personas en nuestro país, personas que, además, en muchos casos se ven obligados a tratar de contratar un crédito al no saber o no poder hacer frente al peligro del sobre-endeudamiento.
Una situación de sobre-endeudamiento es tremendamente compleja una vez ya se encuentra totalmente declarada, por tanto la primera manera de afrontar el sobreendeudamiento sería precisamente tratar de huir de él preventivamente para no perjudicar a las finanzas personales.
A este efecto se debe tener en cuenta que cuando la suma de todas las deudas de la economía doméstica ronde el 40% de las rentas familiares disponibles, dicha economía doméstica se encuentra ya en la antesala del sobreendeudamiento y deben aplicar todas las medidas posibles para frenar dicha situación.
Como ya indicábamos se trata de una situación complicada en la que además van a influir por supuesto otros elementos, no es lo mismo si el sobreendeudamiento se produce por una mala gestión previa de los recursos, algo que puede ser corregible, o si se produce por recortes de una parte de los ingresos de la economía doméstica por una situación de desempleo, obviamente más difícil de tratar.
En todo caso existen una serie de acciones que se deben tener en cuenta ante esta situación:
Vivienda
En el caso de la vivienda, cuando ésta se encuentra propiedad y sujeta a una hipoteca, se hace necesario un proceso de negociación sobre la misma. Estos procesos de negociación desafortunadamente van a llevar a que al final de la vida del producto el usuario pague más, ya que habitualmente trataremos de estirar los plazos de amortización para obtener cuotas menores mensualmente, recuerde que está tratando de solucionar un problema que puede ser puntual y por tanto reconvertible a futuro en este caso a través de las cancelaciones parciales.
Por supuesto esta renegociación de la hipoteca debiera incluir cuestiones como tratar de abaratar los intereses o los diferenciales y eliminar o mejorar, en caso de tener, cláusulas suelo.
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Productos financieros
En segundo lugar se impone la posibilidad de tratar de buscar una reunificación de deuda. La reunificación de deuda en caso de obtenerse lo que nos va a dar es la posibilidad de agrupar todas nuestras deudas de financiación en un único producto y con un único pago. Debemos tener claro que esto a largo plazo no es barato, ya que del mismo modo que hablábamos de la reconducción de la hipoteca extendiendo sus plazos de amortización, una refinanciación a largo plazo va a suponer una aplicación de intereses alta, aunque de manera inmediata puede ayudarnos a solucionar el problema al presentar menor cuota que el conjunto de los préstamos y créditos que poseíamos. Es interesante porque también dentro del proceso de reunificación de deuda podemos incluir las tarjetas de crédito que tantos dolores de cabeza producen a la hora de sobreendeudamientos. El siguiente paso en relación a los productos financieros es lograr una racionalización de lo que poseemos y los que usamos.
En la medida de lo posible en este proceso de enfrentamiento al sobreendeudamiento debemos huir de cuestiones como créditos personales, créditos rápidos o descubiertos; estamos ante productos caros que aunque aporten una solución inmediata, a corto plazo repercuten de manera negativa en el sobreendeudamiento.
Asimismo conviene una revisión profunda del uso de las tarjetas de crédito e incluso, su anulación y sustitución por tarjetas de débito en las cuales trabajaremos exclusivamente sobre los disponibles y no sobre créditos verdaderamente caros que es lo que las tarjetas proporcionan.
También resulta interesante una buena revisión de los productos de aseguramiento y sus costes, es cierto que al tratarse de pagos habitualmente en anualidades pueden parecer menores, pero, una buena revisión y optimización puede ahorrarnos un dinero interesante.
La importancia de tener un presupuesto en la economía doméstica
Una situación de sobre endeudamiento puede alcanzar a nuestras finanzas personales por motivos muy diversos y algunos poco previsibles o con poca defensa inmediata. Sin embargo, la prevención de muchas de estas situaciones que nos llevan a un mayor nivel de deuda de la que podemos realmente asumir es posible si nos acostumbramos a una economía saneada, racional y bien planificada. Y el primer paso para obtener esto es elaborar un presupuesto.
Elaborar (y atenerte después a él) un presupuesto es sin duda la primera y mejor medida de prevención para evitar situaciones de deuda mal controlada. Un presupuesto puede marcar la diferencia entre una economía bien gestionada y otra que no lo esté lo que a su vez se traduce no solo en asumir más riesgos, también en gastas más y peor de lo que sería necesario.
A la hora de elaborar un buen presupuesto debemos en primer lugar cuantificar de manera lo más exacta posible nuestros ingresos, tanto regulares como ocasionales si los hubiera. En segundo lugar debemos comenzar a consignar los gastos comunes estrictamente necesarios: vivienda, recibos comunes, seguros. En tercer lugar debemos elaborar un presupuesto para gastos necesarios pero más flexibles: alimentación, ropa, ocio. Obviamente en este punto se impone una revisión de nuestros hábitos de consumo y una buena conciación de aquellos elementos a los que podemos renunciar y estamos dispuestos a hacerlo.
El objetivo de este presupuesto no solo es conocer de manera lo más exacta posible tus gastos e ingresos, también es incidir en ellos para, de este modo, ser capaz de organizar tus números de manera más racional y llegar a un elemento básico en toda economía domestica: el ahorro.
Ahorrar es fundamental. Da igual la cantidad que ahorremos, lo importante es introducir el hábito del ahorro y tener claro el beneficio que supone para nuestro bolsillo. Cada caso es diferente y por tanto no existe una ley universal de ahorro, habrá quién no sea capaz de ahorrar más de un 10% de sus ingresos y habrá quién puede ahorrar un 30% o más, todo es valido y todo es bueno para nuestra libertad financiera.
El ahorro que surja de un buen presupuesto debería destinarse en primer lugar a crear un colchón de gastos imprevistos. La creación de este colchón pasaría por dos fases una inicial donde debe ser un objetivo prioritario hasta lograr reunir el importe equivalente al menos a 3 meses de gastos comunes estrictamente necesarios y una segunda fase dónde se busca completar este colchón con 6 meses de gastos pero el objetivo se puede compartir con otros modos de ahorro como, por ejemplo, productos financieros de ahorro.
La reunificación de deuda
Un recurso muy utilizada cuando el sobre endeudamiento nos alcanza es el de reunificar la deuda. Esto, sobre todo cuando se trata de deuda financiera ha sido muy utilizado con fortuna dispar antañó, cuando la hipoteca parecía el saco sin fondo en el que se podían arrojar todo tipo de deudas, lo que a la postre se traducía en un crecimiento de los importes e intereses, con la locura que supone, por ejemplo, colocar una deuda de un vehículo a un plazo de veinte años.
En la actualidad, afortunadamente, este tipo de locuras financieras no tienen tanta cabida y la reunificación de deuda se basa más en el análisis real de las deudas por productos financieros y su reconducción a un único préstamo en mejores condiciones generales que la media de los productos por separado.
La gran ventaja de este tipo de productos es que pueden acabar ahorrando un buen dinero gracias a la optimización de los créditos. Sin embargo, en muchos casos, esta optimización no viene dada solo por la mejora de los intereses si no también por alargar plazos de amortización lo que supone más tiempo pagando y esto, no siempre, representa el ahorro que parece.
Se puede decir que bien utilizada en los casos adecuados la reunificacion de deuda puede ser un buen instrumento contra el sobre endeudamiento, sin embargo, conviene tener muy claro y conocer a fondo el producto que se va a contratar y valorar en todo caso otras opciones como los propios préstamos personales.
En general
Además de todo lo que hemos visto hasta ahora, una situación de riesgo de sobreendeudamiento obliga necesariamente a un posicionamiento personal e individual distinto al que probablemente se venía aplicando en facetas como el consumo y el gasto general.
Es absolutamente necesario en esta situación realizar un plan de gastos en el cual todos los gastos innecesarios sean eliminados. Esta eliminación suele generar sorpresas positivas ya que proporciona mayor ahorro del que en principio pueda parecer.
Las prioridades son las que tienen que ver siempre con los gastos básicos; el pago de la vivienda, las facturas corrientes, los gastos de alimentación, etc.