Todo lo que ocurra alrededor de los altas personalidades públicas siempre es noticia, pero, cuando además ocurren sucesos que nos cuesta asociar realmente con el estilo de vida de esas personas las noticias se multiplican y crecen en dimensión e impacto. El rechazo de una tarjeta de crédito a la hora de pagar un servicio es tremendamente común, aunque, no es tan común si le ocurre al presidente de estados unidos. Veamos por qué se rechazó la tarjeta de Barack Obama y aprendamos a evitar los motivos básicos por los que pueden rechazar nuestra tarjeta a la hora de pagar.
Todo esto lo sabemos por boca del propio presidente que, además, lo hizo público el un evento relacionado con la Oficina de Protección Financiera al Consumidor (obviamente un momento más que propicio para este tipo de confesiones) pero, curiosidades al margen, como el hecho de un presidente de Estados Unidos afirmando que apenas usa la tarjeta de crédito, es decir, que habitualmente paga en metálico en la línea de los ahorradores más activistas, deja al descubierto un problema real, por un lado el de los posibles motivos por los que la pueden rechazarnos un pago con tarjeta, y, por otro lado, las precauciones que debiéramos tomar a tal efecto.
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Realmente, de haberse dado el hecho, el rechazo de la tarjeta de Obama unido a lo que jocosamente determinó como sospechas de fraude por parte del establecimiento donde quería pagar, lo que vendría a demostrar es que el presidente de Estados Unidos no tiene mucho tiempo para el control de su economía doméstica.
Una parte muy importante de los rechazos a las tarjetas de crédito vienen precisamente por el no control sobre el tráfico en la tarjeta y sobre los saldos disponibles. realmente esto resulta difícil de creer en tarjetas con límites muy elevados, como se le supone a un presidente de una de las naciones más ricas del mundo, pero resulta extremadamente frecuente en relación a la mayoría de las tarjetas de crédito, estas sí, con límites bajos que, en un uso habitual del plástico pueden acabar sin crédito o sin débito al que acudir.
Por tanto la primera (y casi diríamos única) medida que podemos poner en práctica por nosotros mismos si queremos pagar con tarjeta y no sufrir un rechazo es la de mantener un control sobre los saldos y disponibilidad del producto, así como, por supuesto, el mantener al día los costes de mantenimiento de la tarjeta, que, también puede llegar a suponer un problema, aunque, mucho más complicado de ocurrir en este caso ya que ese supuesto coste será cargado de manera automática, por lo que, en cualquiera de estos casos si no se ha respondido es por una falta de liquidez.
Chip y PIN
Realmente, podríamos enmarcar estas declaraciones del presidente de Estados Unidos perfectamente dentro de una tendencia al crecimiento de la importancia concedida al fenómeno del fraude de identidad en las tarjetas de crédito. Aquí estaríamos realmente ante un problema muy serio que en el caso de Estados Unidos ha adquirido un carácter muy relevante en los últimos años.
Precisamente en el evento donde Obama reveló su incidente se venía a confirmar el esfuerzo para los próximos años en la adopción de los nuevos sistemas de identificación para mejorar los niveles de seguridad de las tarjetas de crédito. la implantación del sistema Chip y PIN parece ser la apuesta principal del este sentido.
En la actualidad la gran mayoría de tarjetas de crédito basan su información en la banda magnética, esta banda magnética se ha demostrado con el tiempo vulnerable ante la captura y copia de la información haciendo realmente grave el asunto de la seguridad del plástico. La tecnología aplicada de Chip y PIN parece que aumentará los niveles de seguridad de manera significativa. Sin llegar a eliminar las bandas magnéticas los chips serán los que contengan la información cifrada, pasando la tarjeta por un lector (diferente a los anteriores o adaptado) tendrá que ser la lectura de los datos del chip en combinación con la entrada del pin los que autoricen las operaciones. Debemos tener en cuenta que aunque en nuestro país ya hemos asistido a la emisión de tarjetas con chip añadido, realmente la lectura de la información básica sigue realizándose sobre las bandas magnéticas.
Sobre el papel este modelo vendría a realizar más difícil la tarea de los delincuentes en la clonación de tarjetas incluso manejando la información de las mismas, ya que la falsificación del chip no sería tan sencilla como la de la banda magnética en la actualidad.