¿Se puede compatibilizar consumo y ahorro? La respuesta es sí, no son excluyentes aunque exigen un modelo muy concreto en ambas cuestiones. ¿Se puede entonces ahorrar generando deudas? Esta es una respuesta más complicada.
Obviamente, desde un punto de vista práctico, mientras somos los que organizamos el destino de nuestros ingresos podemos hacer con ellos cualquier cosa; es decir, podemos perfectamente tener deudas pero destinar los ingresos al ahorro, o al consumo o a la inversión, ahora bien, otra cosa será valorar las cuestiones prácticas y de moral que esto puede generar.
Cuando se puede ahorrar y tener deuda
Realmente se puede dar esta figura teniendo en cuenta dos cuestiones básicas:
- El nivel de sobreendeudamiento de la economía domestica
- La cantidad idónea para el ahorro
Se da por aceptado que todo lo que sea superar con deudas el 40% de los ingresos es ponerse en riesgo de sobreendeudamiento. Sin embargo, en esa proporción no se habla de cómo o a qué se destina el restante 60% de los ingresos.
Cuatro señales antes de vender una acción
Si a lo anterior unimos que una horquilla interesante para comenzar a ahorrar se puede fijar entre el 8% y el 15% de los ingresos, el cálculo inicial puede resultar sencillo: si tenemos unas deudas inferiores al 40% de los ingresos y somos capaces del restante porcentaje extraer un 8% (por ejemplo) estamos en disposición de mantener nuestras deudas (seguimos pagándolas) mientras destinamos una parte de los ingresos al ahorro.
El préstamo no es una solución para el ahorro
Sin embargo, y superado el techo del sobreendeudamiento dejan de existir buenas soluciones. La peor de todas, sin duda, es la de recurrir a la financiación simplemente para mantener el status de equilibrio entre gastos e ingresos.
Este hecho está detrás de muchos de los problemas de morosidad actuales ya que a medio plazo los intereses van comiendo al deudor que, de no mejorar el ratio de ingresos (algo complejo en la actual coyuntura) verá como el nivel de su deuda se eleva paulatinamente.
En resumen
Desde luego no se trata de una cuestión que preocupe en exceso al ciudadano de a pie. Realmente quien puede ahorrar suele presentar pocas deudas y quien se encuentra endeudad renuncia al ahorro por el hecho de asumir cuanto antes las deudas.