Que conste que no se trata de dar pábulo a los run run que de manera cíclica se acercan al mercado de productos financieros, máxime, en el caso de los depósitos bancarios, sobre los que en un plazo no superior a un año hemos podido escuchar prácticamente de todo, y, desafortunadamente, en pocas ocasiones, las tendencias que sugerían los rumores acababan transformándose en realidades.
Baste recordar cuando el pasado año se levantaba la restricción impuesta en el año 2009 sobre las rentabilidades en los depósitos, la gran cantidad de análisis y previsiones que volvían a situar estas rentabilidades en techos que al final no sólo resultaron improbables, sino que, definitivamente se acabaron hundiendo con la recomendación del BdE de volver a una situación de limitación que incluso superaba la anterior.
Esta realidad ha llegado al punto de que al cierre del pasado semestre, en el mes de julio, la rentabilidad media de los entonces nuevos depósitos ofrecidos a 12 meses se hundía hasta el 1,44%, difícilmente comparable con el 3% que de media se presentaba a finales del pasado año. Pero, lo que es peor, muy cerca de ser batida esta rentabilidad por la propia inflación y por tanto convertir la media de los depósitos bancarios en un producto no de beneficios y si de pérdidas (aunque podríamos detenernos en la interpretación una rentabilidad que no bate a la inflación, algo que tiene diferentes interpretaciones, no es éste el motivo del artículo)
Sin embargo en los últimos meses, como decíamos, ha comenzado un run run alrededor de los depósitos bancarios, que, además, poco a poco se va materializando en una especie de desafío a la recomendación de limitación del Banco de España, baste ver los dos últimos lanzamientos tanto de Banco Popular como de Bankiter ( este último con una propuesta para nuevo cliente en el 3% a 12 meses) que pueden perfectamente entenderse como el inicio de un posicionamiento ante un crecimiento de los intereses medios en los depósitos.
Y es que en lo que prácticamente todos los analistas coinciden es que el suelo de la rentabilidad de los depósitos ya ha sido alcanzado y es difícilmente posible superarlo.
Los rumores apuntan ya directamente al cierre del último trimestre de este año como escaparate de los primeros movimientos más generales en el conjunto de entidades, y el primer trimestre del año como el momento más claro de la remontada.
Elementos que avalan esta previsión hay ciertamente de sobra; por un lado el vencimiento de más de 120.000 millones de euros en depósitos al cierre del ejercicio, el no abandono del interés por los depósitos por parte de los ahorradores, que de hecho ha crecido ligeramente incluso con las actuales rentabilidades, y, obviamente, un lento pero innegable movimiento ascendente de los tipos de interés a medio plazo que está resultando incluso independiente del estancamiento (relativo) relativo del dinero.
¿Será todo esto cierto? Probabilidades hay y son muchas, aunque, desde luego, debemos en principio ser prudentes y no lanzar las campanas al vuelo, resulta más que improbable que esa especie de barrera psicológica del 3% en imposiciones a 12 meses sea superada de inmediato por el conjunto de la oferta de depósitos, en cualquier caso todo lo que sea acercarse a ella será una buena noticia para el ahorrador.
imagen: hans pixabay.com