La Gran Crisis que comenzó primero en los mercados financieros mundiales ya bajó a la economía real. El escenario económico internacional continúa mostrando un notable deterioro de la situación productiva, a tal punto que se considera que estamos en presencia de la crisis de mayor envergadura desde la denominada Gran Depresión.
El producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo 3,8% interanual en el último trimestre de 2008 y una situación recesiva también se verifica en la Unión Europea y en Japón, donde el PIB se contrajo nada menos que un 12,7% interanual en el cuarto trimestre de 2008.
El FMI continúa corrigiendo sus proyecciones de crecimiento -obviamente a la baja-, señalando que el crecimiento mundial en 2009 sería de sólo 0,5%. Dicho incremento es el resultante de prever una contracción promedio de 2% en las economías desarrolladas, un incremento de 1,1% en Latinoamérica y una expansión de 5,5% en los países asiáticos.
En definitiva, siendo innegable la comprobación de que existe una tendencia recesiva, es más complejo anticipar la real magnitud de la crisis y su duración en el tiempo a escala nacional e internacional. Algunos analistas establecen que la recuperación recién comenzará a fines de este año. Otros, más pesimistas, situan esa posibilidad recién a fines de 2010.
De una manera u otra, nos queda un largo trecho para poder recuperarnos. Mientras tanto, el desempleo y la evidente falta de dinero golpeará en el consumo. La economía lo sufrirá.