En los últimos días están saliendo a la luz diversos estudios, comandados principalmente por la ONU, relacionando la inversión responsable con la rentabilidad de la misma.
¿A que se llama inversión responsable? A la incorporación de factores medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo en las decisiones de inversión. No se trata de un concepto totalmente nuevo entre los inversores, pero sí lo es la cuestión de si dicha inversión responsable es una estrategia de inversión factible a la hora de obtener rentabilidades superiores a los métodos tradicionales. La inversión responsable no significa dejar de lado al resto de los factores del proceso de inversión, tales como las habilidades de los gestores, el tipo de inversiones y el plazo de la inversión, pero si se hace hincapié en la exclusión de determinadas inversiones que no cumplen con los parámetros de utilización de factores socialmente responsables.
Los estudios mencionados sacaron a la luz conclusiones tales como que el 50% de los mismos encontraron una relación positiva entre factores socialmente responsables (ISR) y rentabilidad, un 35% una relación neutral y un 15% de ellos una relación negativa.
La mayor concienciación de los factores ISR por parte de inversores y gestores de inversiones ocurre debido a los riesgos y oportunidades de negocio que surgen ante problemas como el cambio climático y no sólo por motivos sociales o éticos.
En España, gestoras tales como SCHRODERS y TRIODOS tienen productos que cumplen con estas exigencias.