Un año para aprovechar la tendencia positiva de la bolsa española

Probablemente a un inversor novato le suban las pulsaciones cardíacas si considera la opción de entrar ahora en la bolsa española. Pero los datos macroeconómicos no dejan lugar a dudas de que la recuperación de la economía española es una realidad que las cotizaciones bursátiles todavía no reflejan con fuerza. El escenario europeo también es positivo para el resto de parqués del Viejo Continente.

Dinero

El programa de compra de deuda soberana y otros activos por valor de 60.000 millones de euros mensuales, que va a poner en marcha el Banco Central Europeo hasta septiembre de 2016, va a suponer una inyección de liquidez que debería desatascar la concesión de créditos a las empresas por parte de las entidades financieras. Éstas a su vez han realizado un completo examen de su balance a través de los test de estrés y pueden empezar a reducir las provisiones de capital que han realizado durante los últimos años.

El impacto sobre el euro, que se moverá en un entorno de depreciación respecto al dólar, será positivo para las compañías europeas, sobre todo para las exportadoras, ya que reducirán sus gastos. Además, la bajada del precio del petróleo también es un factor que ayudará a las familias a incrementar el consumo de bienes.

El sentimiento del mundo inversor es claro: este año las bolsas europeas deberían reflejar la buena marcha de las compañías y empezar a ofrecer beneficios acorde a esta recuperación. España, que es de los pocos países europeos que presenta un crecimiento anual estimado para este año del 2%, se presenta en mejores condiciones al haber realizado ya las reformas necesarias. Y la infravaloración de activos que ha sufrido durante estos últimos años se está transformando en la entrada de cada vez más inversores internacionales.

Pese a todos estos datos, la volatilidad va a ser alta: el inversor no puede esperar un movimiento lineal al alza porque los eventos políticos marcarán la agenda y las bolsas experimentarán correcciones. Pero precisamente por esta circunstancia es un buen momento para plantearse invertir en acciones españolas, aprovechando las oscilaciones a la baja de determinados valores para comprar barato y esperar que mejore su precio. Con una buena diversificación de la inversión, que los expertos aconsejan repartir entre no más de 10 compañías, se puede conseguir contrarrestar las subidas de algunos valores con las bajada de otros.

Y existen empresas que pueden ofrecer un perfil tranquilo para un inversor novato. Enagás, Red Eléctrica, Amadeus, Grifols, Endesa, Ferrovial, Inditex, Dia e incluso Telefónica son los valores que  los analistas estiman que pueden representar un salto tranquilo a la bolsa española para aquellos inversores más conservadores pero que buscan asumir algo de riesgo en busca de rentabilidad. Estas compañías ofrecen un balance sólido y con capacidad de generar caja para pagar dividendos, reducir su deuda y asumir inversiones.

Enagás, Red Eléctrica o Endesa tienen la ventaja para el inversor de que pertenecen a sectores regulados por lo que cuentan con unos ingresos recurrentes y permiten por tanto una mayor rentabilidad por dividendo.

 

La diversificación geográfica de muchas de las compañías mencionadas les permite beneficiarse de la debilidad del euro frente al resto de divisas con las que operan y de los beneficios que consiguen a través de los mercados en los que operan.

En definitiva, valores defensivos que pagan un dividendo atractivo al accionista y que no se encuentran en dificultadas operativas para financiarse o reducir su deuda.

 

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Autor: José Ruiz

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