Un tiro para el lado de la justicia. En una ley histórica, los autónomos de la Unión Europea y sus cónyuges tendrán, por primera vez, derecho de recibir prestaciones y permiso de maternidad, dentro de una nueva directiva europea que entró en vigor.
Esta ley pretende reforzar la capacidad empresaria femenina -en la actualidad, tan sólo uno de cada tres empresarios es mujer-, ya que mejora los derechos a la protección social de millones de mujeres en el mercado laboral.
La normativa ofrece una prestación por maternidad y un permiso de al menos 14 semanas a las mujeres que trabajan como autónomas y a sus parejas. A su vez, también mejora la protección social para los cónyuges colaboradores y las parejas de hecho de los trabajadores autónomos, equiparando a las mismas pensiones que los trabajadores por cuenta propia. En este punto, el condicionamiento es que el Estado miembro debe ofrecer dicha protección a los trabajadores autónomos.
Los Estados miembros de la UE deberán incorporar la directiva a sus legislaciones nacionales en un plazo máximo de dos años, un período que sólo podrá prolongarse si el país aduce dificultades particulares. Aquí es el punto flojo de la ley, ya que con los recortazos y ajustes fiscales de todos los países europeos -en particular España, Italia y Grecia- se hará difícil que estas directivas se incorporen en los plazos previstos.