John Maynard Keynes, o el Barón Keynes fue un economista británico (1883-1946), cuyas ideas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías económicas y políticas modernas, así como también en las políticas fiscales de muchos gobiernos.
De hecho, Keynes se encuentra de moda. Tras décadas de liberalismo y globalización, con esta descomunal crisis financiera y económica se han desempolvado las enseñanzas del barón Keynes. Pero en esta oportunidad explicaremos su Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero.
Publicada en 1936, la Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero fue su obra central, desafiando el paradigma económico de la época. La obra se basa en la noción de demanda agregada para explicar la variacion general de actividad económica, tales como las observadas durante la Gran Depresión de los años 30.
Según su teoría, el ingreso total de la sociedad está definido por la suma del consumo y la inversión; y en una situación de desempleo y capacidad productiva ociosa y no utilizada, solo se pueden aumentar el empleo y el ingreso total incrementando primero los gastos, sea en consumo o en inversión.
¿Esto de gastar -queda mejor el término «inyección de dinero»- para incrementar el consumo le recuerda algo? Seguimos.
La cantidad total de ahorro en la sociedad es determinada por el ingreso total y, por tanto, la economía podría alcanzar un incremento del ahorro total, aun si las tasas de interés se bajaran para estimular los gastos en inversión.
El libro abogaba por políticas económicas activas e intervencionistas por parte del gobierno para estimular la demanda en tiempos de elevado desempleo, por ejemplo a través de gastos en obras públicas.
Una política de gasto deficitario del tipo de la emprendida en el New Deal -y en la actualidad, con planes de rescate multimillonarios- comenzó a efectuarse en 1938. Esta política tenía la firma de keynes y en su momento pocos economistas renombrados en los EE.UU. la apoyaron. Con el tiempo, sin embargo, sus ideas fueron más ampliamente aceptadas.