Para quienes pretendan aventurarse e invertir en el mercado inmobiliario, la segunda hipoteca resulta más difícil de conseguir, más costosa y de menor importe.
Si lo que queremos financiar es una segunda residencia, ahora que los precios del mercado inmobiliario comienzan a “acomodarse” y recuperar cierto equilibrio, los bancos comienzan a endurecer sus condiciones.
En general, nos vamos a encontrar con que las condiciones de financiación para los particulares ya no son tan generosas como hace un año.
Pese a que los tipos de interés en muchos casos, se mantienen bajos, los bancos y cajas vienen subiendo últimamente el diferencial que aplican a sus hipotecas, pidiendo un mayor número de garantías al cliente así como exigiéndole la contratación de otros productos.
Este diferencial, suele situarse entre los más elevados del mercado. Por otra parte, estas hipotecas no se benefician del 15% de desgravación fiscal que sólo opera con la vivienda habitual.
Además en el caso de tratarse de segundas hipotecas, el plazo e importe otorgados para financiar son menores. La mayoría de las ofertas del mercado limita la cuantía de años del pago al entorno de los 25. Respecto del monto otorgado en el caso de las de segunda residencia se fija el tope en un 70% del valor del inmueble a adquirir.
En el mercado existe un producto específico para este tipo de propuesta ofrecido por Barclays, denominado Barclays Segunda Vivienda. La propuesta permite la financiación de un importe equivalente al 70% del precio del inmueble, otorgando un plazo para la devolución de 25 años a una tasa de Euribor más 0,90%.