Ha llegado el momento. La tan anunciada subida del IVA, ya ha comenzado a aplicarse.
Aún en una economía tan castigada como la nuestra, el Gobierno ha puesto el pie en el acelerador y ha efectuado el cambio. A partir de hoy nos olvidamos del tradicional IVA del 16%, por un nuevo tipo más alto: el 18%.
Asimismo el IVA reducido que era del 7%, ahora será del 8%. El único tipo que se ha salvado de los incrementos es el llamado IVA superreducido, que se mantiene en su tradicional 4%.
La gama de productos y servicios que se verán afectados por el incremento es importantísima. Tan solo los productos de primera necesidad no sufrirán modificación alguna, ya que tributan al 4%.
Por el momento esta lista de artículos se reduce a:
- Alimentos Frescos: como el pan, la leche, los huevos o las frutas y verduras,
- Libros, los periódicos y revistas o el material escolar
- Medicamentos para uso humano
- Productos de ortopedia (prótesis y órtesis e implantes internos para personas con minusvalías).
Como vemos, la lista no es muy larga. Los que sí se verán afectados son los productos que tributan a tasa reducida, pasando del 7% al 8%. Así tenemos por ejemplo:
- Agua para el consumo humano o los alimentos elaborados
- Entradas para el cine, el teatro o los conciertos
- Acceso a exposiciones y museos
- Servicio de Bares y Restaurantes.
- Las gafas y las lentillas
- Asistencia sanitaria y dental.
- Las casas nuevas
Ni hablar de aquellos artículos que se comercializan con el IVA general. Ellos sufrirán un incremento del 2% en el tipo de este impuesto al consumo, del 16% al 18%
A modo de ejemplo, en las cosas cotidianas la lista que integran los artículos más afectados es;
- Ropa y calzado
- Cosméticos y productos de higiene personal
- Servicios de suministro eléctrico en los domicilios particulares..
- Internet contratado en los domicilios particulares.
- Los artículos y aparatos electrónicos
- El tabaco
- El sector del automóvil
Por supuesto, por el carácter regresivo de este impuesto, son los sectores de menores ingresos quienes se verán afectados por el alza de precios que se genera como consecuencia del incremento de los impuestos que se cobran.
Si bien, algunos sectores se han comprometido a no incrementar los precios, tarde o temprano, esta situación va a repercutir en el consumidor final, ya que el comerciante no puede absorber en forma permanente este costo que reduce sus ya vapuleados márgenes de ganancias.
